Jazz

Aunque nacido en Estados Unidos en el profundo albor del siglo XX, el jazz se ha convertido en una de las músicas más universales de los tiempos modernos y su lenguaje rítmico y libertad expresiva ha sido asimilada por músicos de todas las latitudes y todas las épocas. Su categoría mestiza confronta la instrumentación, la melodía y la armonía de la música europea con el ritmo, el fraseo y el alma del blues, que a su vez proviene de la música africana. Conducido por un elemento intangible llamado “swing” y reinventado en cada interpretación por su carácter improvisacional, el jazz tomó el control de la música en Nueva Orleans, la cuna del jazz, y luego en Chicago, Kansas City y Nueva York, la capital del jazz, atravesando las décadas con un sinnúmero de estilos subsidiarios que explican el nacimiento de escuelas y estéticas: ragtime, stride o hot jazz en los primeros años, swing, bop, cool y third stream en una edad mediana, free, avant-garde y fusión en los tiempos modernos. Un cuadro de honor del jazz se ilustra con creadores universales, que son además los principales referentes de la historia: en la tradición están Jelly Roll Morton, Louis Armstrong y Duke Ellington y en la modernidad Charlie Parker, Miles Davis y John Coltrane.

Cristián Espiñeira

Cristián Espiñeira llegó al pop y al rock como bajista de grupos como Pettinellis y Yeti en una segunda etapa musical después de desempeñarse como contrabajista clásico y de jazz en los ’90. Nacido en Los Ángeles, Espiñeira tuvo sus inicios Concepción integrando una pequeña banda de dixieland penquista como reemplazante del legendario contrabajista Eugenio Urrutia. Si historia musical más determinante se situó en los territorios del rock y el pop, alternando su trabajo de producción como de músico y colaborando en distintas épocas con figuras como Álvaro Henríquez, Francisca Valenzuela o Piero Duhart.

Nicolás Ríos

Baterista de la generación cero.cero del jazz, la versatilidad de Nicolás Ríos va desde el post-bop hasta un marcado avant-garde, además de alternar en los espacios de la música de cámara a trabajos con electrónica. Es compositor pero sobre todo improvisador libre, aspectos que quedan expuestos en trabajos como Fuera de foco (2005), con que inició su ruta dentro del jazz. Se le considera un solista próximo al Andy Baeza de los años 2000, y es parte de una oleada de bateristas que en esos tiempos exploraron la música experimental. como Julio Denis, Matías Mardones y Hugo Manuschevich. Junto con ello, Ríos tuvo un rol protagónico en la gestación y producción de sonido a través de su estudio de grabación Palo Quemado.

Alejandro Pino

Trompetista formado en la modalidad clásica en la Universidad de Chile, que fue evolucionando hacia la improvisación y el jazz conforme se involucró la escena de estos músicos a partir de 2009. Alejandro Pino se inició como músico joven tocando entre 2001 y 2007 en el Orfeón Juvenil de Cañete, donde nació y creció, hasta que se trasladó a Santiago para estudiar. Fue alumno del pianista Martin Joseph en sus talleres de música improvisada y luego se integró a su septeto Pacific Ensemble, que grabó el disco Roundabout (2015). Además ha sido sideman de los guitarristas Diego Farías, Tomás Gubbins y Nicolás Reyes, integró el octeto del baritonista Pablo Jara y como músico del Ensamble Quintessence grabó el disco Décimo (2015). Un año después se estrenó en el disco en un dúo con el pianista Valentino Baos, titulado Atmósfera.

Jimmy Coll

Junto a Ignacio González y Claudio Werner, Jimmy Coll fue uno de los primeros nuevos saxofonistas de los '90, cuando las guitarras eléctricas dominaban la escena y las cañas recién estaban reclamando su sitial. Coll llegó a ser conocido y muy escuchado por las audiencias jóvenes de la época como el tenorista del primer quinteto de Cristián Cuturrufo.

Felipe Chacón

Sin mayor impulso que la intuición, Felipe Chacón se convirtió en el contrabajista-insignia desde comienzos de los '90 en torno al Club de Jazz, cuando hombres como Sammy Domínguez o Moncho Romero (en su faceta frente a las cuatro cuerdas), ya eran solistas de gran trayectoria. Más adelante profesor de yoga, Chacón fue tal vez el primero de los contrabajistas de esa década, un profundo conocedor de los walking en la línea estilística central, un sólido soporte en bandas swing y bop, y un rostro inconfundible durante las interminables jams de la década de la transición del jazz, siempre "contrabajando" para sus compañeros de música.

Carmelo Bustos

Carmelo Bustos fue uno de los más legendarios y longevos músicos en la era de la radio y la boite, integrante de prestigiosas orquestas de música popular como primer saxofonista alto que animaron la bohemia capitalina, en especial con el protagonismo que tuvo como director musical de la afrocubanísima Orquesta Huambaly entre 1954 y 1962. Clarinetista y saxofonista, su swing natural inundó no solo su época de juventud y adultez, sino que se traspasó a generaciones de saxofonistas de los años '90, '00 y '10, a las que formó como profesor, depositando ese swing como una herencia personal. Murió a los 96 años como el último dinosaurio de la vieja guardia de la música popular.

El Bueno, el Malo y el Feller

Trío formado por el guitarrista Gabriel Feller, el bajista Rodrigo Ríos y el baterista Julio Denis, que asumieron cada uno una identidad en el nombre de este proyecto nacido en 2004 y que realizó una mezcla entre jazz, rock, funk, electrónica y música imporvisada. En una breve historia dejó una grabación y puso a sus tres integrantes hacia diversas escenas musicales.

Jorge Caraccioli

Jorge Caraccioli es al jazz vocal masculino lo que Rossana Saavedra al femenino: una figura difícilmente alcanzable en términos de swing adquirido en el ADN, manejo de lenguaje y técnica sobresaliente, y que no tuvo más maestros que su propio instinto. Pero durante mucho tiempo Jorge Caraccioli vivió entre las cuatro paredes del estudio de grabación, en el negocio de la música publicitaria y sin salir a los escenarios reales.

Gypsy Trío

Elenco de jazz manouche y swing gitano encabezado por el guitarrista Cristóbal Gómez, quien en paralelo a su trabajo solista como músico de jazz contemporáneo fue progresivamente explorando la tradición de la guitarra y el swing de Django Reinhardt. De este modo, Gómez incluso llegó a integrarse temporalmente como primera guitarra a las alineaciones del grupo Santiago Hot Club, tras la retirada del astro Panchito Cabrera en 2007.

Armando Ulloa

Si bien fue uno de los alumnos nominales del virtuoso guitarrista Emilio García, para cuando Armando Ulloa se encontró en 1999 con Pedro Rodríguez liderando al Marx Trío, algunos de sus conceptos musicales fueron trocados de manera automática. De la lógica de la serie de acordes del jazz straight ahead o el sonido tipo fusión, Ulloa pasó a la expansión tímbrica y un trabajo de composición siguiendo la línea de hombres como Bill Frisell o Ben Monder, a la cabeza de tríos con algunos de los más sobresalientes jazzers de la generación 2000.

Pablo Vidal

Iniciado en el jazz por el pianista Moncho Romero e integrado a su trío como reemplazante de Pablo Menares en 2006, Pablo Vidal hizo sus primeras presentaciones en el club Miles durante todo 2007. Ahí se vinculó con jazzistas jóvenes de esta órbita, como parte de una camada de contrabajistas de la segunda mitad de la década que tocaron en distintas direcciones: Nelson Vera, Eduardo Peña, Rodrigo Espinoza, Carlos Arenas, Maximiliano Flynn y Amanda Irarrázabal.

Lydwina Simon

Cantante de origen francés, llegó a Chile a los diez años de edad, donde realizó sus tempranos estudios de canto lírico y luego de canto popular en el Instituto Projazz. Allí se vinculó a una generación de músicos nuevos con los que ha desarrollado su oficio. Activa indistintamente en los territorios del jazz clásico, el jazz manouche y la canción francesa, en 2016 presentó en el GAM su primer disco solista, Blackout light in. Una de sus colaboraciones principales está en el disco Cicatriz (2016), de la Mapocho Orquesta.

Orquesta Huambaly

La Orquesta Huambaly fue la más popular, sobresaliente y profesional agrupación de música afrocubana en la explosiva década de 1950, con repertorios de mambo, chachachá, rumba, bolero e incluso swing que estimularon a un nuevo público chileno y de paso lanzaron al estrellato a una serie de solistas de alta categoría que integraban sus filas. Durante toda la década fue la orquesta tropical mayor, primero con sus temporadas en el restorán Nuria y finalmente con la histórica gira por Europa de 1959, que como corolario de un éxito sin precedentes también precipitó su final. En honor a su memoria y su música vibrante, 50 años después de su disolución nuevos músicos recogieron el legado para interpretar esos repertorios pioneros formando una una "nueva orquesta Huambaly".

Javiera Abufhele

Cantante, cantautora y pianista Javiera Abufhele muestra diversas vías de llegada a la música, toda vez que fue criada en un ambiente musical, se formó en escuela de música y se proyectó como intérprete de repertorios y como autora de canciones propias. Como Javiera Abufhele ha sido cantante de jazz, compositora y profesora, mientras que con su identidad de Tinyay pasó a una cantautoría vinculada a la música latinoamericana y sus folclores. Su primer trabajo editado en disco es el EP Contradicha (2022).

Lamatraca

Encabezados por el virtuoso guitarrista Guillermo Jiménez, el trío Lamatraca puso nuevamente sobre la mesa las opciones de ciertos músicos más bien vinculados al rock por experimentar con improvisación jazzística. De pronto Lamatraca produjo algo cercano a un “revival” del jazz-rock de los '70, '80 e incluso los '90 en Chile, con nombres como Fusión, Quilín y La Red como referentes de esas décadas.

Lucho Córdova

José Luis Córdova Ballesteros es una de las leyendas del jazz chileno. Su figura representa el más importante referente dentro de la corriente denominada hot jazz, vale decir los preceptos del jazz en su más puro estado, asimilado por jóvenes músicos desde un lugar tan alejado como Chile. En esa observación, Córdova es un equivalente en peso específico a figuras pioneras como el director de big bands Pablo Garrido en el jazz melódico y el pianista Omar Nahuel en el jazz moderno. El baterista antofagastino fue además el mayor testigo de la historia del jazz, que protagonizó desde inicios de los años '40, como un generador de swing único, pero al mismo tiempo como su divulgador a través de la radio y la gestión cultural, como fundador del Club de Jazz de Santiago en 1943.

Gonzalo Palma

El pianista y compositor Gonzalo Palma ha sido uno de los músicos referenciales del jazz acústico que llegó desde el puerto de Valparaíso —"la cuna del jazz chileno"—, desde mediados de los '90, cuando encabezó primero el grupo Valparaíso Jazz Trío y cuando después se volcó a un largo trabajo como líder de diversos tríos territoriales. Su piano siempre se nutrió además de elementos musicales propios de la orilla, y así fue como además la improvisación jazzística, sus composiciones tuvieron los sabores del bolero y el vals de la "costa oeste", junto a un importante componente latin bop. Su nombre aparece junto a otros marcados líderes en esta dirección, como Carlos Silva, Felipe Riveros o Mario Feito: solistas que desarrollaron en profundidad el "piano trío".

Ricardo Arancibia

La guitarra de Ricardo Arancibia Salinas fue una de las más poderosas y directas en los ámbitos del jazz fusión, el smooth jazz y las raíces del blues y el funk, siempre inmerso en la generación de músicos blancos norteamericanos que se desarrollaron a partir de la década de 1980. Pese a nacer en Viña del Mar, a los diez años Arancibia ya vivía fuera del país y desde los 17 comenzó a formarse íntegramente en Estados Unidos como guitarrista. Con esos parámetros musicales regresaba a Chile a fines de los '90 para participar del jazz chileno y ser, tanto más tanto menos, una alternativa a sus contemporános de la guitarra Alejandro Escobar o Eduardo Orestes. Su suicidio en julio de 2008 impactó al círculo jazzístico chileno.

Pablo Garrido

La figura de Pablo Garrido, compositor académico, violinista, director de orquesta, investigador del folclor, divulgador de la música chilena y defensor de los derechos laborales de los músicos también aparece en el "año cero" de la cronología del jazz chileno. Es el pionero, el prócer y un "patrono" de este género aprendido y asimilado, uno de los más antiguos en nuestro país. No sólo fue Garrido el primer músico en desarrollarlo como estilo en sus obras, además se transformó históricamente en su principal difusor, a través de escritos como la traducción al español de Jazz hot, del francés Hughes Panassié, magistrales charlas y el patrocinio a decenas de músicos durante las décadas de 1920 y 1930.