Un cultor del remoto instrumento campesino del rabel y de su sonido de violín agreste, un cantor consagrado a dos tradiciones tan preciosas como el guitarrón y la paya y un estudioso de los distintos campos de la guitarra chilena son los tres tercios del Ensamble Tradicional Chileno. Es un trío de cuerdas, pero, como dice su nombre, a la chilena: guitarrón (Manuel Sánchez), rabel (José Cabello) y guitarra (Sergio Sauvalle Echeverría), este último además a cargo de la dirección musical, juntan los poderes del canto popular, Chiloé y la guitarra tradicional en un trabajo que se pasea por diversos repertorios del folclor chileno, todos ellos sugerentes. Hay antiguos bailes de salón en las "Tres polkas antiguas" que abren la puerta a esta música. En "Cantos a lo poeta" es el guitarrón de Sánchez quien lleva la delantera para que luego aprenda la guitarra y cante encima el rabel. Hay una imagen vívida de Chiloé en "Pasaloma de Calen" y sobre todo en "Pasacalle chilota": ese es el puro sortilegio del rabel de José Cabello, un hombre que no por nada fue músico de cabecera de la eminente folclorista Gabriela Pizarro, la más prolífica viajera a la isla que registra la música chilena. Tres composiciones de Violeta Parra, instrumentales como todo el resto del disco, dan a este trabajo un carácter de tributo, y un significado especial existe en que Ensamble Tradicional Chileno sea uno de los dos discos chilenos en los que en el mismo año fue grabada la cueca tradicional "No quiero querer a nadie": el otro es Gepinto, de un debutante Gepe. —David Ponce