Iñigo Díaz
En 1999, a los veinte años, Rojas se integró al Taller de Música Latinoamericana que el académico Claudio Acevedo, discípulo de Luis Advis, había iniciado en esa facultad con el objetivo de abrir la experiencia estética y creativa en los estudiantes de un conservatorio. El resultado fue el grupo Cántaro, que incluyó a una partida de instrumentistas y compositores de fusión latinoamericana en ciernes: Marcelo Vergara, Mario Hurtado, Sebastián Seves y Josefina Echenique, entre otros. Simultáneamente, Diana Rojas consiguió presencia en los volúmenes 4 y 5 de los discos Música de este lado del sur, con sus composiciones "La primavera" (junto a Echenique) y "Si yo te diera mi alma" (con Vergara). Sus creaciones para Cántaro aparecen en los discos Música de raíz latinoamericana (2002), Andarién (2006) y Buen puerto (2011): "La primavera", "Para que no existas", "Mujer", "Como la lluvia", "Sola" y "De aquí para allá", entre otras.
En tanto, en 2002 Diana Rojas se integró al grupo de fusión La Comarca, que encabazaba desde 1996 Sebastián Seves. Allí, ella se mostró en otra línea musical como cantante y clarinetista en un conjunto que también utilizaba instrumentos eléctricos. Así grabó el disco La Comarca (2002) para el Sello Azul.
En 2005 se trasladó a Francia. Estudió clarinete clásico en el Conservatorio de Beaubais y tras la gira que Cántaro realizó a Europa en 2006, se mudó a París para cotinuar en el Conservatorio de Bourg-la-Reine. De todo el elenco de músicos chilenos que continuaron con el proyecto en Francia, Diana Rojas fue una de las primeras en iniciar un trabajo como solista, escribiendo canciones que si bien utilizaban la raíz folclórica latinoamericana como base, tenían un enfoque en la música pop.
En 2012, ya de regreso en Chile y de vuelta a su Quilpué natal, presentó el disco que había grabado en Francia, Hay que gritar!, y formó una nueva banda chilena con la que continuó su ruta como compositora, autora y cantante solista. En esa ciudad de la Quinta Región comenzó a trabajar como profesora en un colegio montesori, lo que hacia 2015 la impulsó a crear un repertorio de canciones para niños que pronto se convertirían en el guión de un concierto didáctico y teatral elaborado junto a la actriz y profesora Marion Acuña. Con temáticas medioambientalistas, ese cancionero llegó al disco en Diana Reds and family for children (2017).
Actualizado el 23 de noviembre de 2020