Vida pasión y muerte de Violeta Parra
Reseña:
«Quien mejor que yo puede retalar esta hermosa istoria [sic]», se afirma a sí mismo Roberto Parra ante la empresa de escribir una biografía sobre su más famosa hermana. Pero luego duda, y hasta se culpa: «yo creia como mesalio el chiripaso de la negra ester. que ya podia crusar el canal dela mancha. y tirarirme el tremendo carril. y meba saliendo el tiro por la culata. no savia con que chicha me estaba curando el perla queria escrivir nada meno que la viografia de violeta parra. que se yo de esta maravilloso mujer. esto sellama patudes».
Así, a tirones y en círculos, a través de ortografía y puntuación insumisas (preservada por el editor Miguel Naranjo tal como en los manuscritos), avanza este intento inconcluso de biografía en décimas y en prosa que, además del valor testimonial de un cercano admirador de la genial artista chilena, expone en su frescura y entrañable ingenuidad el estilo literario de Roberto Parra, otro poeta popular con mérito propio. Aunque hay recuerdos valiosos de la infancia y juventud de esa hermana mayor, inaccesibles para un investigador (el relato abarca los años previos a su consolidación como autora), no debe buscarse en el relato la referencia fáctica, sino valorar precisamente el esfuerzo del autor por ordenar la mezcla de memoria y afecto profundo que lo motiva. Son textos tomados de diez cuadernos escritos hacia principios de los años noventa (aunque sin fecha exacta), y en cuya sucesión más que agregarse información complementaria, parece que va como corrigiéndose el escrito previo. Por eso hay repeticiones y también variantes de una misma anécdota, y luego la desviación desde el relato central a un intento de dramatización con un diálogo imaginado entre Violeta Parra, el mismo Roberto y la madre de ambos, Clara Sandoval (es asimismo en extremo llamativa la cita a la famosa "Defensa de Violeta Parra", de Nicanor, en la más pura ortografía robertística).
No es éste el primer libro de un familiar cercano sobre la universal autora de "Gracias a la vida" (además de las publicaciones de dos de sus hijos, está Mi hermana Violeta Parra, de Lalo), pero sí el más peculiar por su tono, forma y cariñosa poética:
nasiste predestinada
violeta de los camino
para cantarle adestino
con el alma deseolada
con tu guitarra tallada
juiste queresiendo enel canpo
con olorsito asilantro
arromero yerba guena
entremedio de bervena
baila el viento contucanto.