Fue una valiosa autobiografía la que aquí realizó Violeta Parra, en una sucesión cronológica de versos de estricta métrica octosilábica. Parte la artista definiendo el esfuerzo como un encargo de su hermano Nicanor, que al principio ella acepta con recelos hasta que luego comprende que «la escritura da calma / a los tormentos del alma / y en la mía que hay sobrantes; hoy cantaré lo bastante / pa’ dar el grito de alarma». El grueso del material lo trabajó la cantautora durante 1958, en parte inspirada por el famoso Martín Fierro argentino, uno de sus libros favoritos. Avanzan estos recuerdos entre menciones a su niñez, penurias, amores, viajes y convicciones éticas.

Algunos de estos versos fueron grabados alguna vez en disco, aunque la mayoría resultará una novedad incluso para los fanáticos de su música. Tan poderosa es la pluma de Violeta Parra aplicada en estas décimas, que le sirvió al compositor Luis Advis para estructurar una de sus obras cumbre: Canto para una semilla. El libro permaneció inédito hasta 1970, tres años después de la muerte de la artista. Las sucesivas ediciones que han aparecido desde entonces incluyen valiosos prólogos a cargo de Pablo Neruda, Nicanor Parra y Pablo de Rokha.