En una década largada con el mayor terremoto en la historia de la ciudad, Concepción debió reconstruir también su escena musical. Los autores de ese libro se enfocan en esa generación post 2010, «hijos de la era digital, [que] mezclaron géneros sin prejuicio, enriquecieron el sonido penquista y desplazaron a la tradición británica local hasta entonces fortalecida por la explosiva fama de Los Bunkers», en sus palabras, recorriendo sus historias con la guía de once álbumes significativos para la escena. Se incluyen textos sobre Niño Cohete, Mantarraya, Cantáreman, Julia Smith y Dulce y Agraz, entre otros. El libro describe también los espacios, sellos, medios y asociaciones alrededor de estas bandas. Aparecido primero como autoedición, la buena acogida al libro motivó una nueva edición dos años más tarde, con reajustes y nuevo orden de capítulos, y prólogo de la fotógrafa Valentina Riveros y la periodista Marisol García.