La BIG Rabia

La BIG Rabia
Foto: Andrés Zapata

Dos etapas en dos continentes diferentes deben separarse en la historia de La BIG Rabia, un proyecto que ha propuesto una explosiva cruza de punk, rockabilly, bolero, performance teatral y letras de desamor desde antes que la canción cebolla volviera a instalarse entre el gusto de la audiencia joven chilena. Autodefinen ellos su música como «un mensaje crudo, sin adornos ni segundas lecturas, con un filoso en directo para descargar su manifiesto de protesta política, decepción, amores fallidos y traicioneros», y el concepto es preciso y elocuente.

Ficha

Años

Santiago, 2011 -

Región de origen

Metropolitana de Santiago

Décadas

2010 |

Géneros

Integrantes

Sebastián Orellana, voz y guitarra (2011 - •)
Iván Molina, batería (2011 - •)

La BIG Rabia

Dos etapas en dos continentes diferentes deben separarse en la historia de La BIG Rabia, un proyecto que ha propuesto una explosiva cruza de punk, rockabilly, bolero, performance teatral y letras de desamor desde antes que la canción cebolla volviera a instalarse entre el gusto de la audiencia joven chilena. Autodefinen ellos su música como «un mensaje crudo, sin adornos ni segundas lecturas, con un filoso en directo para descargar su manifiesto de protesta política, decepción, amores fallidos y traicioneros», y el concepto es preciso y elocuente.

Guillermo Tupper

El experimentado baterista Iván Molina (Emociones Clandestinas, Matorral, Los Santos Dumont) conoció a Sebastián Orellana como vocalista de Philipina Bitch, y su mutuo interés por la música y común origen penquista no tardó en forjar una amistad (pese a los 21 años de diferencia entre ambos). En mayo de 2011, ambos fueron reclutados por Fernando Milagros para ser parte de la banda que lo acompañó en el festival español Primavera Sound. «Cuando vimos a Grinderman (la banda paralela del australiano Nick Cave) dijimos: "Basta". Llegamos a Santiago y armamos el grupo», recuerda Molina.

El dúo La BIG Rabia debutó en septiembre del 2011 en el Bar La Cantera de Valparaíso y tempranas piezas como “El bonita”, “Para todos los hijos de puta” y “Nos gusta que sea así” daban cuenta de su sello: blues y rockabilly electrificados por su gusto por el punk y el garage, junto a un mensaje crudo que podía abordar sin filtros tanto la crítica social como las rupturas amorosas. Esto quedó plasmado al año siguiente con su primer largaduración, Congo Zandor, cuyo nombre hacía referencia a un demonio vudú haitiano y que fue editado por el sello Algo Records, plataforma de bandas como Perrosky, Guiso, Tsunamis y Tío Lucho.

Meses más tarde, el grupo tributaría a sus influencias del cancionero romántico y popular en El EP de María (2013), un registro que incluía el tercer single de Congo Zandor, “Oh! María”, junto a versiones de clásicos de Sandro, Cecilia, el cantautor ítalo-francés Ricardo Cocciante y el grupo proto-punk peruano Los Saicos. Esta fue la antesala a su primera gira europea que los embarcó directamente a España para tocar dos veces en el festival Primavera Sound junto a sus compañeros de sello, Perrosky.

En Andalucía
Se largó entonces la segunda etapa de La BIG Rabia. Decididos a probar suerte en España, el dúo se mudó a la ciudad de Sevilla, desde donde activaron una agenda constante de recitales, y además los contactos necesarios para nuevas grabaciones. El cambio de aires ha sido enriquecedor en intercambios, con colaboración en discos de músicos españoles, la activación del proyecto Mono Rabioso (un «dúo de dúos», acoplado a los españoles Pelo Mono), y proyectos paralelos intermitentes de parte de Orellana como Radio Huachaca —un trío, junto a dos españoles seducidos por el legado de Roberto Parra— y Dios Perro, su alias como solista. Comentaba el músico en entrevista con Rockaxis:

«Claro que [en España] nos ven como unos bichos raros, pero no solo acá: en Chile también lo somos. Es difícil encasillar una música como la que hacemos […], somos una banda que no suele tener nicho, somos totalmente subterráneos».

Actualizado el 24 de abril de 2020