Juan Orrego Salas

Juan Orrego Salas
Foto: Universidad de Indiana

Juan Orrego Salas es una de las figuras clave de la música docta chilena en el tránsito que la composición vivió desde la tradición hacia la era de las primeras vanguardias académicas. Premio Nacional de Música en 1992, el también  musicólogo fundó y dirigió importantes instituciones y educó a compositores en Chile y Estados Unidos hasta la década de 1990. Pero también ha sido uno de los compositores chilenos más interpretados y grabados en el extranjero, con un catálogo que incluye más de 120 obras en todos los ámbitos y un estilo que ha influido en autores latinoamericanos. Juan Orrego Salas murió en 2019, en Estados Unidos, a la edad de 100 años.

Ficha

Fechas

Santiago - 18 de enero de 1919
Bloomington (EE.UU.) - 24 de noviembre de 2019

Región de origen

Metropolitana de Santiago

Décadas

1940 |1950 |1960 |1970 |1980 |1990 |2000 |2010 |

Géneros

Juan Orrego Salas

Juan Orrego Salas es una de las figuras clave de la música docta chilena en el tránsito que la composición vivió desde la tradición hacia la era de las primeras vanguardias académicas. Premio Nacional de Música en 1992, el también  musicólogo fundó y dirigió importantes instituciones y educó a compositores en Chile y Estados Unidos hasta la década de 1990. Pero también ha sido uno de los compositores chilenos más interpretados y grabados en el extranjero, con un catálogo que incluye más de 120 obras en todos los ámbitos y un estilo que ha influido en autores latinoamericanos. Juan Orrego Salas murió en 2019, en Estados Unidos, a la edad de 100 años.

José Oplustil

Orrego Salas estudió arquitectura y composición, teniendo entre sus maestros a Pedro Humberto Allende y Domingo Santa Cruz. Aunque combinó las dos profesiones por un tiempo, finalmente se dedicó por entero a la música. Enseñó historia de la música en el conservatorio y fundó el Coro de la Universidad Católica en 1938. Con esta agrupación realizó varias giras nacionales hasta 1944.

Un músico práctico: sin límites
Gracias a dos becas, una Rockefeller y otra Guggenheim, viajó a los Estados Unidos en 1944. Estudió musicología con Paul Henry Lang, etnomusicología con George Hertzog y contrapunto con William Mitchell en la Universidad de Columbia. Y tomó clases de composición con Randall Thompson en la Universidad de Virgina y en la Universidad de Princeton, mientras que en 1946 estuvo con Aaron Copland en Tanglewood.

También viaja a Europa y representa a Chile en el Festival de la Sociedad Internacional de Música Contemporánea. En Norteamérica presenta obras como la "Sonata para violín y piano" Op.9, la "Suite para piano" Op.14, la "Cantata de Navidad" Op.13 y "Romance a lo divino" Op.7, mientras que en Europa se interpretan las "Canciones castellanas" Op.20.

De vuelta en Chile, Orrego Salas retoma sus actividades académicas en la Universidad de Chile como profesor de composición. Pero también edita la Revista Musical Chilena (1949-53), dirige el Instituto de Extensión Musical (1957-59) y escribe críticas para "El Mercurio". En 1959 funda el Departamento de Música de la Universidad Católica y lo dirige hasta 1961.

En 1961 volvió a Estados Unidos para fundar y dirigir el Latin American Music Center en la Universidad de Indiana, actividad que le involucró en la promoción de la música latinoamericana a través de festivales, conciertos, programas de radio y la recopilación de la mayor biblioteca de partituras y grabaciones existentes con obras del siglo XX de autores americanos. Además, fue académico de la Universidad de Indiana hasta 1987.

Orrego Salas ha obtenido numerosos premios y honores durante su carrera, entre ellos tres premios en el Festival de Música de Chilena, dos premios Olga Cohen (1956 y 1958), un doctorado honorario de la Universidad Católica (1971), el Premio Gabriela Mistral de la OEA (1988) y el Premio Nacional de Arte mención música (1992).

La música de Orrego Salas se ha caracterizado por combinar elementos neoclásicos y procedimientos formales de todos los periodos, desde la Edad Media hasta el siglo XX, los que incorpora con ingenio, inventiva y sin restricciones. Su extensa producción sobrepasa las doscientas partituras y abarca todos los géneros, desde la ópera hasta la música de cámara, pasando por varias sinfonías, cuartetos, sonatas y canciones.

Como ha escrito el académico Luis Merino, un elemento vital en la creación de Orrego Salas radica en la comunicación directa y espontánea con el público, algo que ha logrado gracias al sustrato tradicional de su lenguaje musical. A la vez, compone sin complicaciones para el intérprete, amoldándose a los ejecutantes sin perder calidad ni traicionar sus ideales estéticos y con la intención de que toda obra pueda ejecutarse de inmediato.

Por lo mismo, el arte de Orrego Salas abarca desde la simplicidad de muchas partituras corales, adecuadas para todo tipo de conjuntos, hasta la mayor complejidad de sinfonías o conciertos. Sin embargo, nunca se trata de creaciones imposibles o muy difíciles, algo que ha contribuido notablemente a la amplia difusión de su música y le ha permitido dar una mirada original a diversidad de formatos, géneros y medios.

Su música hasta 1961: enfoque neoclásico
Después de un periodo formativo, Orrego Salas consolida el enfoque neoclásico dentro de su creación, claro que con un manejo flexible y liberalizador de elementos musicales de todas las épocas. A esa etapa, que se extiende entre 1942 y 1961, pertenecen algunos éxitos iniciales como "Canciones castellanas" Op.20, "Obertura festiva" Op.21, "Concierto para piano" op.28, "Concierto de cámara" Op.34, "Sexteto" Op.38 y "Cuarteto N°1" Op.46.

Las "Canciones castellanas" Op.20 fueron presentadas en el Festival de la SIMC en 1949 en Italia, así como en el Primer Festival de Música Chilena, donde recibieron el primer premio en la categoría Música de Cámara. El "Sexteto" Op.38 ganó el premio Olga Cohen en 1953, mientras que el "Cuarteto N°1" Op.46 fue estrenado por el Juilliard Quartet en el Primer Festival Interamericano de Música realizado en 1958 en Washington D.C.

También aparecen en este periodo la primera, segunda y tercera sinfonías (1949, 1954, 1961), sonatas y otras obras de cámara de diverso formato, así como el teatro musical "Retablo del rey pobre" Op.27, los ballets "Umbral del sueño" Op.30 y "El saltimbanqui" Op.48, y los ciclos de canciones "Cantos de advenimiento" Op.25, "El alba del alhelí" Op.29 y "Alabanza a la Virgen" Op.49.

Su música desde 1961: hacia las vanguardias
Con el traslado definitivo a Estados Unidos en 1961, Orrego Salas expande su lenguaje a algunos elementos contemporáneos y sus intereses creativos a formatos instrumentales y vocales novedosos. Sigue los principios dodecafónicos de manera bastante libre en la "Sinfonía N°4" Op.59 (1966) o las "Variaciones serenas" Op.69 (1971) y explora el saxofón o la guitarra en "Quattro liriche brevi" Op.67 (1967) y "Esquinas" Op.78 (1971).

También concreta tres grandes proyectos sinfónico-corales, dos de ellos relacionados de manera muy estrecha con Chile: la cantata “América, no en vano invocamos tu nombre” Op.57 (1966) basada en poesía de Pablo Neruda, la “Missa in tempore discordae” Op.64 (1969) que combina textos de la misa con versos de Altazor de Vicente Huidobro y, por último, el oratorio “The days of god” Op.73 (1976), basado en el Génesis.

Esas y otras creaciones posteriores de Orrego Salas, como el "Trío N°2" Op.75 (1977), el "Concierto para violín" Op.86 (1983), la "Partita" Op.100 (1988) o los "Encuentros" Op.114 (homenaje a Schubert, 1997), han sido estrenadas por intérpretes como Antal Dorati y la Sinfónica de Washington D.C., Karel Husa y la Filarmónica de Buffalo, Janos Starker, el Trío Beaux Arts, Franco Gulli o Eugene Rousseau.

El contacto con Chile se ha mantenido con partituras como "Variaciones serenas" (para la Orquesta de Cámara de la Universidad Católica y Fernando Rosas), "Un canto a Bolívar" Op.78 (para Quilapayún), Cánticos sagrados Op.108 (en memoria de Alfonso Letelier), "Concerto grosso" Op.121 (para los 75 años de la Universidad Católica de Valparaíso) y "Estancias del recuerdo" Op.126 (estrenada en el Festival de Música Contemporánea UC).

En 2009, y para celebrar los 90 años de Orrego Salas, la Sinfónica de Chile y Francisco Rettig  presentaron su sexta sinfonía "Semper reditus" Op.112, partitura que simboliza el regreso a Chile a través de sueños y recuerdos. Al respecto, Orrego Salas comentó: “Me siento siempre regresando, cada vez que me muevo de un hemisferio a otro, tal como el subtítulo que le he dado a mi sexta sinfonía… semper reditus”. A fines de 2011, el sello SVR publicó Obras sinfónicas, el primer disco monográfico con sus partituras para gran orquesta, escritas entre 1948 y 1966. Poco después, un Orrego Salas de 93 años anunciaba que escribiría su última obra en 2012.

Actualizado el 25 de noviembre de 2019