Iñigo Díaz

Para 1974 su familia debió salir expulsada del país, rumbo a Buenos Aires. Sánchez tenía ocho años y la motivación de conocer el folclor latinoamericano. Participó en grupos de raíz tocando quena, flauta traversa y guitarra criolla, motivado igualmente por los músicos chilenos y los argentinos, e inspirado en la misma razón por la Nueva Canción Chilena y la Nueva Trova Cubana. En 1981 regresó a Chile siendo un adolescente y tuvo por fin contacto musical con chilenos: en el colegio Francisco de Miranda tocó con unos jóvenes Ángel Parra y Javiera Parra. Poco después Sánchez dejaba la calle y las peñas escolares para ingresar al conservatorio y estudiar composición y guitarra clásica con Óscar Ohlsen.

Ambos mundos, la guitarra popular y la guitara clásica alcanzaron entonces un peso específico similar para un músico que al comenzar la décad de 1990 se integraba a su primer conjunto musical determinante: el trío de cámara  Terra Nova (1993-96). Fue creado en la Universidad de Chile junto al cellista Rodrigo Peje Durán (luego integrante de la Orquesta Sinfónica de Concepción) y el flautista Leo Baeza, su director. El trío grabó el disco La noche mágica (1995) e impulsó la ambivalencia de Sánchez como músico de la nueva época, entendida como la transición.

Entonces la travesía de Chicoria en la música de fusión ganó el respeto de distintos músicos. Tocó la guitarra en proyectos de Patricio Manns, Mariela González, Francesca Ancarola y Magdalena Matthey. Acompañó al dueto de charangos de Horacio Durán e Italo Pedrotti, la reunión de Santiago del Nuevo Extremo y también a quien sería su músico más influyente en la música instrumental durante esos primeros tiempos: el mandolinista Antonio Restucci. Juntos tocaron en 1999 en el Festival Guitarras del Mundo celebrado en Buenos Aires.

En 1997 fue miembro fundador de su segundo conjunto esencial: Entrama, una de las agrupaciones más importantes en esa nueva música de fusión chilena. Para este ensamble multinstrumental, Sánchez compuso parte del repertorio temprano ("Mediterránea", "Tangos de hielo", "Surtren", "El plazo del Ángel"), incluidas en el disco Entrama (1998). Luego escribió "Nemayogok" para el disco Centro (2001), cuyo concierto de lanzamiento sería la última vez de Sánchez junto a Entrama en una primera instancia. Quince años después volvería al conjunto, grabando en el disco El fuego de la memoria (2022).

Las tonadas de cámara y una ráfaga de discos
En 2000 editó un primer trabajo solista, Local 47. Mezclaba música latinoamericana y música flamenca y con este obtuvo el premio Altazor de 2002 por la composición "Tonada en sepia". Sánchez se unió como guitarrista a sucesivos festivales Entre Cuerdas, oganizados por Alberto Cumplido y gestó el proyecto "salterio y guitarra", con Pancho Amenábar, y un segundo álbum, Soyobré (2003), inspirado en una canción de Luis Advis.

En ese período, sus composiciones para guitarra comenzaron a nutrir programas de música de cámara, “Tonada por despedida”, la pieza de mayor resonancia en este campo y la que más fue interpretada por guitarristas, junto con “Tonada por bienvenida”, “Tonádica violética”, "Tonada en sepia", “Chacarera de Ramírez” y “El plazo del ángel”, que grabó Entrama. En 2023 estas piezas llegaron a la serie de tres volúmenes de partituras titulados Piezas esenciales para guitarra, al que Sánchez sumó un cuarto, Obras esenciales para guitarra, donde publicó sus composiciones de medio aliento dedicadas a tres concertistas: Romilio Orellana ("Siete variaciones sobre Qué pena siente el alma"), José Antonio Escobar (la sonata "Homenaje a Violeta Parra) y Marcelo de la Puebla (la suite "Víctor Jara").

En 2012 publicó tres álbumes en paralelo, Viajes para guitarra, Tercer tiempo y Sagaré Trío, junto a los guitarristas Antonio Restucci y Emilio García; mientras que en 2016 fue Chiloética. Por ese tiempo, Chicoria Sánchez estaba comenzando a explorar la creación en la música infantil, que él denominó "música familiar", dado que no solo incorporaba a los padres a esa experiencia sino que él mismo formó un conjunto con su propio núcleo. En 2014 editó el disco Purreira, con su mujer Pola Castillo y su hija Eva Sánchez, mientras que en 2024 lo hizo con Caleta de canciones, que sumaba a su hijo Inti Sánchez. En 2023 publicó otro disco con composiciones para guitarra sola, Cachorrito, que le valió el premio Pulsar en la categoría Música de raíz de 2024.