Iñigo Díaz

Sobrina de la cantante Cecilia Echenique y prima del cantautor Benjamín Walker, con quienes ha compartido escenarios, Josefina se inició en Rancagua actuando en festivales con un grupo llamado Josefina y los Parafinas. Su ingreso a la Universidad de Chile le posibilitó aproximarse a nuevas perspectivas musicales. Fue parte del taller que en 1999 generó el grupo Cántaro. Ya antes de eso, Echenique dio conciertos de canto latinoamericano con Marcelo Vergara y colaboró con otro conjunto creado en esa facultad: Trompo. Su voz o su pluma como compositora aparecen temas de los discos Música de raíz latinoamericana (2002) y Andarién (2006), como "Paloma negra", "Lucina". "La primavera", Luz y penumbra", "Alma mísera", "Lloviendo a cántaros", "El traje" y "Pez".

Tras una gira que el conjunto realizó por Europa en 2006, sus integrantes fueron instalándose paulatinamente en París. Josefina Echenique llegó en 2007, estudió en el Conservatorio de Bobigny y a partir de 2010 comenzó a darle curso a su propio proyecto creativo, que vinculaba el jazz con las raíces, los cantos y los ritmos latinoamericanos. "Una intención de estandarizar (convertir en standards) estos ritmos", diría ella. Así se involucró en distintos grados con los circuitos del jazz parisino, actuó en clubes como Baiser Salé y Les Petits Joueurs, y colaboró con el ex integrante de Los Jaivas, Pájaro Canzani.

En 2014 llegó de regreso a Chile y reactivó su proyecto solista, presentándose como La Jose y desarrollando una propuesta próxima a los trabajos realizados por sus referentes en el canto del estilo: Francesca Ancarola y Claudia Acuña. Maldita bendita (2016), su primer álbum, fue un ensayo inicial en este cruce entre jazz, ritmos latinoamericanos y canción popular. Pronto Echenique se iría aproximando más decisivamente a la canción pop como tal, lo que quedaría expuesto en sus siguientes proyectos, como los discos Sube (2018) y el EP Abre (2020)