Iñigo Díaz

Carrasco fue reclutado por el guitarrista de vanguardia Ramiro Molina (por entonces también alumno de los talleres de Joseph) para el proyecto de improvisación libre Turangalila, al mismo tiempo en que además que fichaba en La Pichanga (banda con la que desarrolló su lado jazzístico). Siguiendo las líneas expresivas de saxofonistas experimentales como el inglés Evan Parker y el afroamericano Steve Coleman, Carrasco pronto estableció una multimilitancia pocas veces vistas en la música de vanguardia al integrar nuevos proyectos como Payaya (dirigido por el compositor docto y figura de la improvisación Raúl Díaz) y el quinteto de la contrabajista Alejandra Santa Cruz, así como el grupo de rock experimental Akinetón Retard, (para el que obtuvo la identidad fantástica de Edén Ocsarrak).

Con este grupo de vanguardia, Carrasco giró por Europa durante cinco meses en 2004 y grabó los álbumes 21 canapés (2003), Akinetón ao vivo (2005) y Cadencia urmana (2006). En 2005 inició un trabajo de ensambles de cámara junto a Joseph, en formato de duetos de alto y piano o de orquesta creativa, además de integrarse al grupo experimental de zappianas puestas en escena llamado LaKut, en una escalada de colaboraciones que no iba a detenerse allí.

Esa apertura de pensamiento también lo llevó a involucrarse con figuras de una escena independiente como Dadalú o Leonardo Ahumada, el proyecto de improvisación electrónica Ensamble Majamama (2004) y el conjunto de fusión folclórica sudamericana Mákina Kandela (2010), con el que grabó los discos Mákina Kandela (2013) y Cumbiakistán (2014). Durante su paso por esta agrupació, Carrasco incorporó a su set instrumental, que ya consideraba una alternacia del saxo alto con el saxo tenor, diversos registros de gaitas colombianas.

Al mismo tiempo, Carrasco se presentó en conciertos de cámara como solista, con obras contemporáneas para saxofón, y ya en 2017 figuró de regreso en la improvisación libre, el free jazz y el avant-garde donde había comenzado. Lo hizo junto al trío Fuerza Labor, banda con al baterista Felipe Araya y el bajista Santiago Astaburuaga, y donde grabó improvisaciones para álbumes como N&S 11 (2017) y Remoción en masa (2022). Edén Carrasco ha sido, junto a Diego Manuschevich, uno de los modelos del saxofón en los territorios de la experimentación sónica y narrativa en la historia reciente del jazz chileno.