Iñigo Díaz

Formado en la trompeta clásica en la Universidad Católica, Vergara tuvo iniciales experiencias en el jazz orquestal, tocando en la Big Band UC dirigida por Carlos Vera Pinto. Más adelante, entre 2011 y 2012, tuvo como profesor al trompetista Nathan Plante, en Berlín. Durante la segunda mitad de los años '00, amplió su espectro narrativo y sónico al explorar en otros terrenos. El del free jazz, con el quinteto Mandali, y con su trabajo con el Núcleo de Resistencia Estética que llevaban al frente los hermanos Hugo y Diego Manuschevich. También el del free rock, con el grupo LaKut, donde se vinculó a la mayoría de los solistas que estaban desarrollando la improvisación por entonces: Edén Carrasco, Sebastián Carrasco, Raúl Díaz, Marcelo Troncoso, Matías Mardones.

Parte de esa oleada de músicos, además de otros como Lorenzo Román, Marcelo Maira, Rodrigo Ríos y el primer Mauricio Barraza, además del experimentado improvisador Ramiro Molina, dieron forma a un resurgimiento de la música improvisada que a fines de los años '60 habían desarrollado Manuel Villarroel y Matías Pizarro desde el jazz y Héctor Sepúlveda desde el rock, entre otros exponentes.

Radicado en 2013 en Valdivia, luego de su paso por Alemania, Benjamín Vergara consolidó su trabajo en la práctica de músicas experimentales, la improvisación libre y también la interpretación de partituras. Profesor de la Universidad Austral, dirigió además el Festival de Música Experimental Relincha, donde se presentó con su trío Nichunimu, y en esa ciudad ha tenido experiencias determinantes como la citada colaboración con el guitarrista Fred Frith, con quien publicó el disco Fanfarrisimo (2020). Su trompeta aparece en diversas grabaciones, también de carácter internacional, en muy sólidos discos de improvisación libre publicados en 2018: The hallowed plant y Five arias for Nalca, en la escena avant-garde de Chicago, o The blind sun, con improvisadores de Nueva York.