En 1994, sólo un año después de que Villafruela creara la cátedra de saxofón clásico en la Universidad de Chile, Rivas se puso a su orden como músico. El efecto lógico de la tutoría fue la inclusión al cuarteto de cámara del cubano, donde Rivas utilizó la plaza de baritonista, durante alrededor de una década. Pero la versatilidad de Rivas lo encaminó además hacia otras variantes de la música: el jazz, la fusión de la música popular e incluso la improvisación libre. Se integró a las orquestas de swing Los Andes Big Band (de Santiago Cerda) y The Universal Orchestra (de Juan Azúa), y alternativamente integró pequeños ensambles de jazz moderno y avant-garde.

Fue solista de la última época del recordado ensamble experimental Turangalila, integró uno de los tríos guitarrista Ramiro Molina, además de un cuarteto de la pianista Carmen Aguilera y el quinteto del baterista Nicolás Ríos. En 2007 grabó obras de cámara para saxofón en todos sus registros, demostrando esa versatilidad que lo había definido durante el paso de una década a otra. En Confluencias presentó piezas de Pedro Humberto Allende, Adolfo Flores o Mario Feito, entre otros autores de diversas épocas.

Nuevas exploraciones lo llevaron a trabajar en conjuntos y ensambles en la década de 2010, tanto en la música docta contemporánea como en las fusiones. Junto a la saxofonista Karem Ruiz, con quien compartió espacios en el cuarteto del mismo Miguel Villafruela, su profesor en la Universidad de Chile en los '90, creó con ella un dúo que se presentó como Auros, y al mismo tiempo un nuevo conjunto de cámara, llamado Cuarteto de Saxofones Oriente. Y desde el ángulo de las músicas mestizas, integró el grupo de jazz fusión latinoamericano Mecha, y el sexteto de cámara Tricahue.