Andrés Bobe

Andrés Bobe
Foto: Archivo

No sólo su muerte sorpresiva marca el recuerdo de Andrés Bobe. El fundador de La Ley fue uno de los músicos más activos de la escena santiaguina de pop-rock de los años ochenta, y apoyó el desarrollo de varias bandas de acuerdo a un método de excepcional profesionalismo, rigor y finura. Bobe falleció en un accidente motociclístico a los 32 años de edad, luego de editar un álbum junto a La Banda del Pequeño Vicio y otros cuatro con La Ley. De modo póstumo, y a modo de tributo, se editaron grabaciones solistas suyas que habían permanecido inéditas.

 

Ficha

Fechas

Santiago - 13 de febrero de 1962
Santiago - 10 de abril de 1994

Región de origen

Metropolitana de Santiago

Décadas

1980 |1990 |

Géneros

Andrés Bobe

No sólo su muerte sorpresiva marca el recuerdo de Andrés Bobe. El fundador de La Ley fue uno de los músicos más activos de la escena santiaguina de pop-rock de los años ochenta, y apoyó el desarrollo de varias bandas de acuerdo a un método de excepcional profesionalismo, rigor y finura. Bobe falleció en un accidente motociclístico a los 32 años de edad, luego de editar un álbum junto a La Banda del Pequeño Vicio y otros cuatro con La Ley. De modo póstumo, y a modo de tributo, se editaron grabaciones solistas suyas que habían permanecido inéditas.

 

Marisol García

Su primera banda de importancia fue Paraíso Perdido (un grupo de corta vida en el que también trabajaron Javiera Parra y Luciano Rojas), pero fue en La Ley que Andrés Bobe desplegó a cabalidad lo que pretendía hacer con su vocación creativa. Su guitarra y capacidad compositiva le dieron a la banda carácter e identidad propias desde el inicio, y es innegable su importancia para la impronta profesional que contagiaría luego al resto del pop chileno.

Antes de La Ley
Andrés Bobe Quinteros nació en Santiago, pero pasó gran parte de su juventud en el extranjero debido al trabajo de su padre, piloto comercial de líneas aéreas. Estuvo junto a su familia en Holanda, Libia, Italia y Estados Unidos. En este último país, y ya como adolescente, afianzó su gusto por la música, y convirtió en costumbre mantenerse al día a través de discos y revistas. A su regreso al país, terminó sus estudios escolares y entró a la carrera de Tecnología en Sonido, en la Universidad de Chile.

Paraíso Perdido y La Banda del Pequeño Vicio fueron sus primeras bandas, dos aproximaciones diferentes para un tipo de pop sofisticado que comenzaba a afianzarse por primera vez en Chile. Un tiempo de trabajo como invitado junto a Aparato Raro lo puso en contacto con el tecladista Rodrigo Coti Aboitiz, con quien dio forma a su banda más importante y definitiva, La Ley.

Fue Bobe el eje que permitió darle curso a La Ley a partir de 1987, incluso luego de todas las dificultades que enfrentó la banda en sus inicios. El músico había formado el grupo como un trío, también con Aboitiz y la española Shía Arbulú (la voz de Nadie). Apenas publicaron su primer cassette (La Ley, 1988, un trabajo de seis canciones y cuatro remezclas), Shía renunció al grupo para regresar a Europa. Fue Bobe quien confió en buscar nuevos integrantes (Luciano Rojas y Mauricio Clavería, primero) y luego apoyar el reemplazo del vocalista Iván Delgado por un joven diseñador recién llegado de Canadá, Beto Cuevas.

Aunque no ocupaba el micrófono y era muy sobrio durante las entrevistas, Bobe fue descrito muchas veces como «el cerebro» de La Ley. La calificación hacía referencia a su peso compositivo, pues casi todas las canciones de La Ley (1988), Desiertos (1989) y Doble opuesto (1990) llevaban su nombre como principal crédito autoral. A la sazón, Bobe era un fanático de la new-wave inglesa, y aprendió de bandas como The Smiths, ABC y Talk Talk un estilo de interpretación en guitarra elegante y austero.

Mortal accidente
Su muerte fue repentina. Ocurrió la madrugada del domingo 10 de abril de 1994, poco después de que el grupo concluyera una presentación benéfica en el gimnasio municipal de Conchalí. Bobe quiso regresar a su casa solo, en su moto Yamaha Enduro. Todos sabían que había bebido, pero nadie creyó que fuese motivo de preocupación. Con su casco puesto, el músico avanzó rápido por Santiago de noche, y al llegar a la intersección de las calles Monseñor Edwards y Ortega y Gasset, en la comuna de La Reina, su moto tomó mal la curva y lo hizo golpearse contra el pavimento y arrastrarse por más de veinte metros. Aunque al poco rato llegó una ambulancia de emergencia, se explicó luego que un TEC abierto le provocó una muerte casi inmediata, camino al hospital Salvador.

A su velorio y funeral llegaron cientos de fans. Bobe fue enterrado con una bandera de su equipo de fútbol, la Universidad de Chile, sobre su féretro. El accidente truncó así el desarrollo musical en ascenso de un músico de 32 años de edad y reconocido talento. Durante sus últimos meses de vida, Bobe se había concentrado en la composición de temas para que el que esperaba fuese su primer disco solista. Dejó varias composiciones hechas, con él en voz y guitarra. También se esperaba su trabajo como productor del primer álbum de Lucybell.

El disco y la canción Invisible (1994), de La Ley, fue el tributo de sus ex compañeros a su memoria. Allí se incluyeron los últimos temas compuestos por el guitarrista y se aludió en el título a lo que Beto Cuevas describió como la presencia eterna pero inmaterial de su ex compañero.

Dos años más tarde, Oh, yeah, el soundtrack colectivo para el filme independiente Moizéfala, la desdichada, mostró el primer trabajo musical de Bobe en paralelo a La Ley. A fines del 2010, su hermano Germán y Carlos Fonseca lograron concretar la publicación de AB, un disco que hace un recorrido por sus casi diez años de labor musical, con un grueso de temas antes inéditos, de diversas etapas: Paraíso Perdido, la primera época de La Ley y sus trabajos solistas. Fue un justo recorrido por los pasajes más ocultos de su historia musical, complementado luego por Heaven, un cortometraje dirigido por su hermano Germán inspirado en hitos de su vida.

Actualizado el 10 de marzo de 2016