David Ponce
Como la huala en el lago
En un mapa de Chile fue encontrado el nombre del grupo. Ancahual se llama un pueblo situado entre Villarrica y Loncoche y es también una palabra alusiva al nombre de la huala (Podiceps major), característica ave lacustre chilena.
Fue el nombre elegido en 1962 por Clemente Izurieta Goya, procedente de los dos principales conjuntos de la proyección folclórica de la época. Acababa de dejar Cuncumén, también provenía de Millaray, con quienes emprendió viajes de recopilación a Chiloé a fines de los '50, e inició Ancahual con su esposa, Georgina Varas, y sus alumnos Carmen Hernández y Edgar Monett.
Esa alineación debutó en 1962 en la Casa de la Cultura de Ñuñoa en la capital, según la información reunida por el grupo con motivo del citado disco Más allá del tiempo (2010), y que es la fuente principal de esta reseña. Con el tiempo la formación se amplió a doce personas, y en total veintisiete integrantes pasaron por el grupo, todos cantantes, bailairines e instrumentistas.
Guitarra, vihuela, bandurria, violín, acordeón, flauta, armónica, tormento, pandero, charrango y cacharaina son los instrumentos del grupo, con especial innovación en estos últimos. "Después de Los De Ramón, fuimos el primer conjunto de proyección folclórica que incorporó charrango, tormento y cacharaina como elementos de percusión", ha dicho Clemente Izurieta.
El viaje partió en Chiloé
Después de la incorporación María Cristina Felip y Ruperto Bustos en 1963 Ancahual dio otra actuación en la Asociación Cristiana de Jóvenes, con repertorio de Chiloé, y aunque la dupla se retiró pronto, alcanzó a grabar parte del primer LP del grupo: Romance chilote (1965).
Para entonces ya era un elenco de nueve personas. Al cuarteto inicial de Georgina Vargas, Carmen Hernández, Clemente Izurieta y Edgar Monett se sumaron Inés Gallardo, Sonia Antolisei, Aldo Villalón, Ruperto Puls y Sergio Jaque, los dos últimos procedentes de la Agrupación Folklórica Chilena de Raquel Barros. Romance chilote incluye música recopilada en Chiloé y composiciones inéditas de Raúl de Ramón y de Izurieta y Monett, integrantes del conjunto.
Fiel a su raíz citadina pese a su inspiración en el folclor, Ancahual mostró ese trabajo en radios y restaurantes santiaguinos. El grupo actuaba en emisoras como Minería, Corporación y Cooperativa Vitalicia, en los programas "Chile ríe y canta", de René Largo Farías, y "¡Aún tenemos música, chilenos!", de José María Palacios. En septiembre de 1965 tocó en el Casino de Viña del Mar con Antonio Prieto y fue número frecuente en lugares nocturnos como el Waldorf, el Pollo Dorado, Nuria y El Escorial, donde tocaban por recomendación de Raúl de Ramón.
Un año más tarde, en su segundo disco Ancahual perfiló con más claridad su vocación por recopilar. Con una lograda carátula realizada por Carmen Hernández, una de las fundadoras del grupo, Recital criollo (1966) incluye sólo una composición original, la tonada de Izurieta "No llores, corazón", junto a diversas recopilaciones hechas por los integrantes. Para entonces se mantenían Georgina Vargas, Carmen Hernández, Inés Gallardo y Sonia Antolisei, así como Clemente Izurieta, Edgar Monett y Aldo Villalón, y tras la partida de Ruperto Puls y Sergio Jaque se unieron Eladio Mondiglio y Rolando Salinas.
Una tonada en Angol, un repicao de Ñuble: la recopilación
Mediaron tres años para un tercer disco. En Herencia española en el folklore chileno (1969) el grupo aparece retratado en la entrada del Estadio Español en Santiago y se une por primera vez a la serie "El folklore de Chile" del sello EMI Odeon, con el volumen XVII de esa colección. Y la espera es consonante con el contenido del disco, que esta vez es una mayoría absoluta de canciones recopiladas, en gran parte por Izurieta, Vargas y Villalón.
Así lo prueban los distintos lugares de origen de estas composiciones, entre la tonada "Tenía una palomita" (Angol), las décimas de "Trifulca en el infierno" (Pitrufquén), el repicao "¿Qué sacaré con quererte" y el correteado "Una vez yo fui a París" (Ñuble), el sombrerito "Estando mi pecho en llave", la jota "La cardita" y La tonada "Loco pensamiento mío" (Colchagua), la tonada serenata "Duerme, querida" (Aconcagua) y la cueca "Los ojos de mi querer", el villancico "El tucuque" y la habanera "La circasiana", encontrados en Santiago.
También para entonces había nuevos cambios en la formación. A las estables Georgina Vargas y Carmen Hernández, tras la partida de Inés Gallardo y Sonia Antolisei, se agregaron Teresa Miranda, Fresia Prado y Sofía Toro. Y entre los hombres se mantenían Clemente Izurieta, Edgar Monett y Aldo Villalón, pero habían salido Eladio Mondiglio y Rolando Salinas y en su lugar llegaron Leopoldo González, Álvaro Lillo y Jorge Lillo, en un contingente al que en 1970 se sumó Inés Herrera para completar la docena de integrantes.
A dos voces: campesinos y saloneros
Un concierto en 1970 en el Teatro del Instituto de Extensión Musical de la Universidad de Chile, IEM, actual cine Normandie, y dos actuaciones en 1971 en los festivales de Río Claro y La Patagonia, de Talca y Punta Arenas, se sumaron a la bitácora de Ancahual. Fue la actividad previa a su cuarto disco, grabado en 1970 y publicado con una de las características carátulas de los hermanos Vicente y Antonio Larrea con Luis Albornoz: Campesino y salonero (1971).
"Se trata de un disco a dos voces: la del campo –el canto llano, como tal– y la del salón, con su expresión más refinada. Un contrapunto equilibrado en el que ninguna pierde", es el apunte en el sitio oficial del grupo. En ese contrapunto figuran la habanera "Margaritina mía", las polkas "El centinela" y "El botón", los parabienes de novios "¡Viva Dios, viva la Virgen!", las décimas "La suerte que es tan tirana", el repicao "En aquel bosque", la canción vals "Te esperaré", los valses "Los camaroncitos", "En las altas montañas" y "El jardín del amor", las tonadas "Pájaros que hicieron nido" y "Allá voy, a ver si puedo" y las cuecas "A las dos de la mañana" y "¡Viva Chile!".
Hay otro cuaderno de viaje completo tras este LP. Las canciones fueron aprendidas de cultores de Colchagua como Delfina y Octavio Marín en Santa Cruz; o de Malleco, como Carmen Salgado en Angol, Cantalicia Anabalón en Curacautín y Petronila Salazar; o de Ñuble, como Leonor Quezada en Coihueco, Teresa Muñoz en San Fabián de Alico, Gilda Sepúlveda en Las Lumas de San Miguel y Carmen Arzola en Las Minas del Prado, así como de Vicenta Salinas en Los Andes o de Aurelio Castilla en La Pintana.
Una excepción es la zamacueca "El imposible", recopilada por María Luisa Sepúlveda y aprendida por el grupo de la versión de Las Hermanas Loyola incluida en el histórico disco Aires tradicionales y folklóricos de Chile (1944), editado por el Instituto de Investigaciones Folklóricas de la Universidad de Chile. Grabado con la misma formación del LP previo, Campesino y salonero fue premiado en el programa "Chile ríe y canta" como el "mejor álbum de música folklórica de 1971", en una nómina junto a Diez años en la senda del folklore, de la Universidad del Norte, y el póstumo Canciones reencontradas en País, de Violeta Parra.
Más allá del tiempo: partida y retorno
Varios cambios de integrantes agitaron a Ancahual a comienzos de los años '70. En 1971 los hermanos Álvaro y Jorge Lillo fueron reemplazados por Patricio Quero y Eugenio Coné Torres, así como en lugar de Inés Herrera y Sofía Toro llegaron Rosita Godoy y María Elena Saavedra. En 1972 Fresia Prado cedió su puesto a la reincorporada María Cristina Felip, y en 1973 Leopoldo González fue sustituido por Hernán Traslaviña.
En 1971 el grupo había creado además el programa radial "La voz de un pueblo" en la Radio Benjamín Vicuña Mackenna del dial FM. Y ese mismo año, el ocho de julio, día en que se registró el terremoto de 1971, Ancahual terminaba de grabar su siguiente disco, esta vez conformado sólo música perteneciente a la provincia de Aconcagua, con un prólogo de Margot Loyola y con un título ya definido: Aconcagua.
"Posiblemente el mejor y más variado trabajo del Ancahual", según el grupo. Aunque Aconcagua nunca fue editado. El disco había sido grabado por Georgina Vargas, Carmen Hernández, Teresa Miranda, Fresia Prado y las recién llegadas María Elena Saavedra y Rosita Godoy, junto a Clemente Izurieta, Edgar Monett, Aldo Villalón, Leopoldo González, Álvaro Lillo, Jorge Lillo y los recientes Patricio Quero, Eugenio Torres y Hernán Traslaviña. Pero el final estaba próximo.
El golpe militar de 1973, el toque de queda y el estado de censura imperante terminaron por desactivar al conjunto. Sus principales compañeros ya no estaban: se desintegró Millaray en 1973, Cuncumén partió al exilio en Suecia en 1974 y Ancahual no fue más allá de ese año, tras cumplir sus últimas fechas en un Primer Festival de la Canción de Aysén en noviembre de 1973 y en el Festival del Folklore de San Bernardo a comienzos de 1974.
Clemente Izurieta y Georgina Vargas partieron a su vez a Australia, donde viven hasta hoy. Escasas tres canciones del inédito Aconcagua han sido publicadas en compilados posteriores, entre la habanera "Aben Hammed", el parabién "Ya se casaron los novios" y la sajuriana "Cantaban dos pajarillos", y décadas más tarde ese primer LP, Romance chilote (1965), fue reeditado en CD. Sólo en 2009, después de treinta y seis años de inactividad, el grupo se reunió en Santiago para grabar un nuevo disco, con una carátula inspirada en los motivos de las liras populares y un título alusivo al regreso: Más allá del tiempo (2010) se llama el nuevo disco de Ancahual, para reanudar una historia principal en el legado de la proyección folclórica en Chile.