Iñigo Díaz

Esa escena de las décadas de 2010 y 2020 fue tomando cuerpo poco a poco en distintas dimensiones, con pequeñas agrupaciones, como el cuarteto A Contramano, el quinteto Maldito Tango o La Revancha, además de agrupaciones mayores como la Orquesta Típica La Popular. De cierto modo el tango que había sido protagónico en la música chilena, principalmente en Santiago y Valparaíso, había desaparecido como práctica musical y quedaba reducido a una memoria, pero retomó un curso suspendido como "tango nuevo". El Quinteto del Revés tomó su nombre de la idea de una vuelta del tango, un revés para esta música.

El contrabajiasta Rodrigo Ugarte, el guitarrista Edgard Ugarte, el bandoneonista Cristián Molina y el violinista Jaime Flores integraron la formación original, a la que se uniría más adelante la pianista Milena Viertel. El grupo comenzó a probar en la creación de una música desprejuiciada y sostenida en la metodología simple del “ensayo-error”. De este modo se fue aproximando al tango del siglo XXI, con referentes como la argentina Orquesta Típica Fernández Fierro y otras agrupaciones en esta línea, 34 Puñaladas, Tape Rubín o Astillero: un movimiento al otro lado de la cordillera con el que Rodrigo Ugarte, al frente del quinteto chileno, se reconocía estética y políticamente.

Sus primeros álbumes son Tango de porfía (2018) y De tango y otras cicatrices (2023), cada uno con sucesivas formaciones de quinteto con bandoneón, violín, guitarra eléctrica, piano y contrabajo. además de distintas voces que se han unido al proyecto.