Federico Schumacher
Gabriel Brncic estudió violín, viola y oboe en el Conservatorio Nacional, además composición con Gustavo Becerra en la Universidad de Chile. Junto con ello, realizó estudios iniciales de Ingeniería y Química. Desde temprano se intereró por la música electroacústica y la composición con algoritmos. Su cualidad de instrumentista lo llevaría a investigar nuevas técnicas de ejecución instrumental. Ello lo proyectó como un compositor e investigador pionero en la proyección de estas técnicas extendidas en su música. En ese contexto, Brncic comenzó a componer música concreta para algunos espectáculos donde la música se unía a la danza y otras artes, en particular con las coreógrafas Gaby Concha y Teresa Montsegur, con quien posteriormente se casó.
Momento divisorio: la irrupción de la electrónica
Para ese propósito, Brncic dispuso de un grabador prestado por el propio Becerra. Esas primeras obras, "Génesis" y "Máquinas" (1964), fueron compuestas a partir de sonidos instrumentales, principalmente obtenidos desde su experimentación en técnicas extendidas y de sonidos concretos.
Junto a Miguel Letelier y Enrique Rivera, en 1965 obtuvo la beca del Instituto Di Tella en Argentina para seguir estudios en música electrónica en el Centro Latinoamericano de Altos Estudios Musicales (CLAEM). Su estadía en Buenos Aires se extendió por una década, donde tuvo activa presencia en la música electroacústica y llegó a ser profesor de música electrónica en el mismo CLAEM. En 1971, Brncic estuvo a a cargo de la dirección artística del estudio heredero del centro Di Tella: el Centro de Investigaciones en Comunicación Masiva Arte y Tecnología (CICMAT). Ya en 1974 debió abandonar Argentina debido al clima político. Brncic había sufrido un secuestro en 1971 y su compromiso de militante de izquierda era conocido.
Entonces se radicó en Barcelona junto a su familia, donde se hizo cargo de la pedagogía del recién creado estudio Phonos. Allí permaneció por cinco décadas como director artístico de la Fundación Phonos, además de como profesor de composición y electroacústica en la Universidad Pompeu Fabra y en la escuela Superior de Música de Cataluña. Su presencia e influencia en el concierto musical internacional y sobre todo en España fue decisivo.
Tiempo real: los espacios de la creación
Su producción musical es abundante: no menos de ochenta obras electroacústicas, sin contar sus obras puramente instrumentales. Su música ha sido ampliamente difundida a nivel internacional. Además ha obtenido diversas distinciones: Premio del Instituto de Extensión Musical de la Universidad de Chile (1967, 1968 y 1969); el primer premio del concurso Casa de las Américas (Cuba, 1966), la Beca para composición de la Fundación Guggenheim (U.S.A. 1976), el Premio Ciutat de Barcelona (1985), el primer premio del concurso internacional de composición electroacústica de Bourges (1985), una serie de encargos de la sección de música de la Südwestfunk (R.F.A. 1980) y de la primera Muestra de Música Contemporánea de Cataluña (1983), del Centro para la Difusión de la Música Contemporánea, CDMC y de la Radio Nacional de España (Madrid, 1988), del Instituto de Música Electroacústica de Bourges, IMEB (Francia, 1985), del Groupe de Recherches Musicales, GRM, (Francia 2002).
Dentro de la electroacústica, Brncic ha incursionado en casi todos los géneros: piezas exclusivamente sobre soporte, espectáculos multimediales, música para danza e imagen, obras para espectáculos infantiles y sobre todo piezas mixtas para diversas formaciones instrumentales y electrónica, tanto sobre soporte como en tiempo real.
Desde sus inicios la música de Gabriel Brncic se ha nutrido de ideas e intuiciones en desarrollo y afinación. Ya hemos hecho el alcance acerca de su interés por las nuevas técnicas de ejecución instrumental, lo cual puede considerarse como un complemento a su interés por la paleta sonora electroacústica en esa búsqueda por ampliar las posibilidades instrumentales. No podemos establecer una relación causa-efecto, ya que ambos aspectos se desarrollan paralelamente. Es así que, cuando obtuvo ese su antiguo grabador lo primero que registró fueron "todas las extensiones que él elaboraba con la viola, improvisando con el instrumento en sul ponticello, sul tasto, pizzicati, col legno, vibratos diversos, percusión, sonidos con presión de arco, o flautati suavísimos, verdaderos estudios sobre la interpretación contemporánea de la viola", según dijo Brncic en la revista Resonancias en 2003.
Con estos mismos sonidos, además de otros que procedían de la música concreta, compuso sus primeras obras en cinta. A la viola (y al violín que era su instrumento originario) se agrega su interés por el desarrollo de los multifónicos en el oboe, que serán integrados en una de sus primeras obras de importancia, "la Oda a la energía" (1962-63), para orquesta. Fue interpretada por la Orquesta Sinfónica de Chile, bajo la dirección de Víctor Tevah.
Un programa de composición: presencia del algoritmo
En la obra de Gabriel Brncic no se ha establecido una separación tajante entre lo instrumental y lo electrónico. Ambos géneros son tributarios de un pensamiento musical unificador donde lo esencial se encuentra en la organización del discurso, en la racionalización de todos los aspectos composicionales por medio de sistemas que le permitan abordar cada uno de estos aspectos, ya sea por separado o en conjunto, por medio de algoritmos. Ya a inicios de los años '60 se había interesado por la aplicación de matrices como estructuras secuenciales de notas / ritmos. Expresión final de esta perspectiva es su programa de composición asistida Ronde Bosse (Alto Relieve), desarrollado por él mismo: en los años '70 Brncic había comenzado a estudiar Programación.
Este procedimiento fue utilizado por primera vez en su "Polifonía de Barcelona" (1983), pieza para grupo de cámara con procesamiento en tiempo real. Desde entonces ha servido o bien para controlar directamente los instrumentos electrónicos o bien para generar partituras para instrumentos tradicionales. El algoritmo empleado en Ronde Bosse podía asignar notas, duraciones, silencios, superposiciones polifónicas, cancelaciones y otros imputs o alternativas.
La idea del predominio del discurso por sobre el timbre se expresan en obras suyas como "Vade Retro" (1990), a Luigi Nono; las diferentes versiones de "Quodlibets" para formaciones instrumentales diversas; o la exhaustividad en la organización de las posibilidades y variables composicionales en "Acuérdate, ha muerto" (1967), obra con transformaciones electroacústicas en tiempo real. También en el uso y reformulación de formas y materiales provenientes de la música popular o de tradición folclórica, como en "Chile, Fértil provincia" (1976-85), "Batucada" (1970) y "Cielo" (1979), donde reaparece el uso de los algoritmos.
Regresos a Chile: el impacto tardío
La influencia de la música y la figura de Gabriel Brncic, quien realizó gran parte de su carrera musical en el extranjero, en el medio nacional comienza a hacerse más sensible a partir de la década de 1990. Conspiraron contra ello una cierta falta de interés de la electroacústica local por su trabajo, pero también su lejanía impuesta por la dictadura. Con todo, la presencia de Brncic en el país fue restituyéndose. En 1990, durante su primer regreso a Chile, realizó un curso de dos semanas en el Departamento de Música de la Facultad de Artes de la U. de Chile, así como un concierto monográfico en la sala Isidora Zegers. En su segundo viaje a Chile, en 1994, dictó el curso Técnicas Actuales para el Oficio del Compositor, en la antigua Escuela de Música de la Sociedad Chilena del Derecho de Autor, así como seminarios de composición en la U. de Chile y U. Católica.
Bajo su dirección, durante ese mismo viaje se inicióel proyecto de creación del Centro de Música y Tecnología (CMT). En 1996 dictó un nuevo curso en la Escuela de Música de la SCD y un concierto con obras de jóvenes compositores chilenos con motivo de la inauguración del centro. Nuevas visitas en 1999 y 2003 darían ocasión a más cursos y seminarios, esta vez en la Escuela Moderna de Música, junto con una una estadía de tres meses como profesor de composición en el Instituto de Música de la U. Católica. Allí logró la aprobación del proyecto de un Laboratorio de Tecnología Musical para esa universidad. Además, participó en el tercer festival de música electroacústica de la Comunidad Electroacústica de Chile (Cech) y en el XIII Festival de Música Contemporánea de la U. Católica.
En 2012 participó como invitado en el XII festival Ai-Maako, donde realizó conciertos y charlas en Valparaíso, Valdivia y Santiago, y estrenó en nuestro país la fundamental "Chile, fértil provincia" a sala llena en el GAM. Dos años después recibiría el Premio Presidente de la República. Su nombre, finalmente, ya había impactado en Chile tras décadas de destierro.