Razones para una biografía
La nueva biografía de Nino García fue una investigación solitaria y gratuita. Su desinterés explica su rigor, y viceversa.
viernes 17 de julio de 2015
No son muchos los libros biográficos que hasta ahora se han ocupado de las vidas de nuestros músicos. La lista que al respecto hemos elaborado en MusicaPopular.cl consigna poco más de una veintena de este tipo de volúmenes, de Luis Dimas a Axé Bahía, y con Violeta Parra como el nombre que más se repite en el interés de los investigadores. Es poco, no es suficiente, pero quién duda del esfuerzo que exige apartar un rato de las horas diarias para ocuparse en la búsqueda —siempre ardua, jamás rentable— de historias vinculadas a creadores de los que incluso la prensa ha dejado pocas pistas. Quien lo hace se lanza en una empresa que sólo el real afecto por su objeto de estudio salvará de la desazón.
La nueva biografía de Nino García, Sin razón, escrita por el ingeniero Alejandro Cuevas, es ejemplo de cómo la admiración por un músico puede empeñar a un grupo pequeño de personas en un objetivo cuya sola concreción es el sentido final.
No hay becas, ni fondos fiscales para perseguirlo, ni habrá ganancias o prestigio una vez conquistado. Sin razón se planteó desde un principio como un esfuerzo de investigación que buscaba el orden de datos, luego el homenaje, y entonces poco más. Desde su aparición, las quinientas copias editadas se han repartido entre amigos o a quienes escriben a legadodeninogarcia@gmail.com. Se trata de una iniciativa inédita en la investigación musical chilena, cuyo desinterés es coherente con el rigor de su reporteo. De algún modo, toda buena investigación sobre música chilena debe olvidarse de los réditos, pues se trabaja sobre un terreno casi inexplorado, lleno de obstáculos y aún no integrado como esfuerzo cultural merecedor de mayor atención oficial.
Se escribe de música chilena desde el afecto, y se investiga sobre sus raíces, intérpretes e hitos por una curiosidad que rara vez tiene estímulos sólidos a los que aferrarse. Un país musicalmente sano no es sólo aquel que estimula la creación de canciones y se compromete en su difusión como parte de un entusiasmo nacional por su patrimonio, sino también el que sabe que aquello requiere de un registro testimonial valioso como futuro referente, y lo construye, haya o no una ganancia asociada.
Como en casi todo, Chile avanza en ello a tropezones. Iniciativas como las de Alejandro Cuevas y Feroces Editores (editorial vinculada al colectivo Nueva Gráfica Chilena) son las que necesita un país inmerso en un bullir creativo sobre el que hasta ahora no hay demasiada claridad por dónde sacarle provecho comercial. Por mientras, entonces, gastemos el tiempo y perdamos el dinero: la ganancia será vital. Entre cineastas, periodistas, documentalistas, historiadores e investigadores aficionados circula la fuerza que no tendrán quienes hoy mueven millones de un lado a otro. El fan como investigador o el investigador como fan. La entrega debe ser generosa o quedará en el camino.