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El tributo a Víctor Jara fue una fiesta multitudinaria y en la calle

Una muchedumbre salió el sábado 5 en Santiago a saludar al cantor en el día de su funeral.

martes 8 de diciembre de 2009

Desde señoras y señores de la edad que hoy tendría Víctor Jara hasta jóvenes desplegados en murgas y diabladas, desde el saludo internacional de gente como Serrat o Calamaro hasta el sindicato de cantores de micro que estuvo en el inicio y el cierre del homenaje público al artista, desde la Presidenta hasta una multitud ciudadana que se arrojó a las calles el sábado 5 de diciembre, el funeral de Víctor Jara fue una despedida, pero sobre todo fue una fiesta de encuentro con el artista chileno.

Era una deuda por definición, que estaba pendiente desde su asesinato hace 36 años, en las horas siguientes al golpe militar asestado por el general Pinochet en Chile el 11 de septiembre de 1973. Jara, músico, actor y uno de los creadores más comprometidos con el proceso de la Unidad Popular y con el derrocado gobierno del Presidente Allende, fue sepultado el 18 de septiembre tan sólo por su viuda, Joan Turner, y dos personas más, en el comienzo de una historia que lo transformaría en símbolo de la democracia y los derechos humanos en Chile.

En dictadura y también en dictablanda

Treinta y seis años más tarde, el 4 de junio de 2009, sus restos fueron exhumados y trasladados al Instituto Médico Legal como una de las diligencias periciales correspondientes a la investigación judicial del crimen. Y ahora sí fue posible realizar un funeral popular. "Aquí estamos los cantores de micro, que cantamos a Víctor Jara en dictadura y ahora también en dictablanda", fue el saludo de uno de los representantes de ese sindicato de músicos callejeros al mediodía del jueves 3 de diciembre, en el inicio del homenaje al artista realizado en la plaza Brasil.

"Se ha demorado nuestro país 36 años en devolver a Chile y devolver a su familia a este Víctor que es nuestro, que es de todos nosotros", dijo el jueves la Presidenta Bachelet al hacerse presente en el acto. "Éste es un acto de amor y duelo por todos nuestros muertos, y también la celebración de la vida de Víctor y de todos ellos también", agregó a su vez Joan Jara. Y durante tres días pasaron por ahí Manuel Sánchez, Napalé, Isabel y Tita Parra, Roberto Bravo, Illapu, LaFloripondio, Los Trukeros, Juana Fe y decenas de otros músicos y grupos, al tiempo que en la Fundación Víctor Jara los restos del artista recibían el homenaje y las guardias de honor de miles de visitantes.

Entre diez y doce mil personas llegaron el último día a acompañar al cantante en su viaje al Cementerio General, desde pasadas las diez de la mañana del sábado 5, como una multitudinaria escolta para Joan Jara y sus hijas Manuela y Amanda Jara, acompañadas a su vez por músicos de grupos como Schwenke & Nilo e Inti-Illimani. "El derecho de vivir en paz" o "Vamos por ancho camino" sonaban por los altoparlantes de la comitiva y entonadas por miles de peatones, a la vez que improvisados cantantes anónimos rendían su propio tributo unplugged con versiones mucho más festivas de "El hombre es un creador" o la picaresca "La beata", mientras el fotógrafo Antonio Larrea, el mismo autor de los retratos más universales de Víctor Jara, recorría la marcha cámara en mano capturando nuevas imágenes para esa historia.

Centenares de cantores con guitarras, percusionistas, murgas, chinchineros, ciclistas, rastamanes, punkies con mohicano, hombres con atuendos mapuche, un destacamento de la barra Los de Abajo de la U, contingentes de partidos políticos de izquierda con lienzos, carteles y banderas; una delegación de la comuna capitalina de Pedro Aguirre Cerda con la alcaldesa Claudina Núñez al frente; una diablada en furiosos tonos de rojo conformada por gente de la Banda Conmoción entre otros grupos; una banda de rock arriba de una camioneta y la compañía teatral dirigida por Mauricio Celedón en una vistosa representación de los colores de la bandera chilena fueron parte de la multicolor marcha que enfiló por las calles céntricas de la capital, para culminar en un acto en el cementerio.

"Compañero Víctor Jara: presente / Ahora y siempre / Hasta conseguir verdad y justicia / siempre", se escuchó como uno de los gritos más recurrentes de la marcha. El acto fue un duelo por todos los muertos de la dictadura, como había anunciado Joan Jara dos días antes, en alusión a los más de tres mil chilenos asesinados y desaparecidos entre 1973 y 1990, según los datos del Informe Rettig. "Son muchos los que continúan desaparecidos y los casos en que, al igual que en la situación de Víctor, los responsables caminan impunes por las calles", dijo a su vez Lorena Pizarro, presidenta de la Agrupación de Familiares de Detenidos Desaparecidos, y el mismo sentido tiene el testimonio de las hijas de Víctor Jara recogido por la agencia Prensa Latina: "La mejor justicia que nuestro padre ha tenido es la de su pueblo".

Foto: Musicapopular.cl