Una página en blanco es la simbólica imagen de una Claudia Acuña de regreso en el circuito discográfico de Nueva York, tras una década de ausencia de los estudios de grabación. El tiempo no pasó en vano desde que la cantante chilena publicó En este momento (2009), una fotografía de sus tiempos, poco antes de convertirse en madre. En Turning pages, es una mujer de edad mediana que da literalmente vuelta la página tras su matrimonio, su maternidad y su divorcio, eso en el ámbito personal. En el plano musical, también las secuelas que dejó el cambio en la industria y su cada vez más decidido paso a la autogestión. De hecho se trata del primer álbum que produjo con el sello discográfico Delfín Records, que ella misma creó. En lo creativo, Acuña se desvincula de la tradición del jazz vocal estadounidense, aunque incorpora canciones de este tipo, siempre procesadas por su filtro interpretativo: "But beautiful" y "Bird alone", un homenaje a su maestra, Abbey Lincoln. En cambio escribe más canciones que en ninguno de sus álbumes anteriores, mostrando también mayor madurez frente a los textos. Mantiene su conexión con la música de raíz latinoamericana ("Agüita de corazón", "Tu sonrisa", "Futuro", "Los tres deseos de siempre") y se acerca de paso al folk norteamericano ("Home"), en incluso al pop ("Hey"). —Iñigo Díaz