El disco doble Pangea vino a cerrar en 2019 una primera época en la historia musical de Camila Moreno, iniciada con la furiosa canción protesta "Millones" diez años antes. De este modo, Rey representa el inicio de una siguiente etapa creativa, sostenida en varias revoluciones en cuanto a composición, experimentación y sonido. Pistas y señales de una historia de ciencia ficción protagonizada por los personajes X y M se encuentran repartidas al interior de las canciones de Camila Moreno, un universo disperso pero a la vez cohesionado, que es la base para un pop oscuro, de densas capas y planos, donde la obra se mueve desde la música experimental y la electrónica hasta la música urbana. Por entonces Camila Moreno había experimentado una serie de cambios en su vida, la maternidad, la separación, el descubrimiento de una sexualidad y una desobediencia general. Por cierto que el estallido social vino a remecer su lírica en canciones como "Hombre" y "Quememos el reino", donde los textos de esa primera "Millones" alcanzan aquí otros niveles de impacto. Como inspiración temática, Camila Moreno también reconoció lecturas de autoras ligadas al feminismo y la teoría de género, como Donna Haraway y su Manifiesto cyborg, y la filósofa Judith Butler, junto con la escritora de ciencia ficción Ursula K. Le Guin. También de la poesía de Mistral, desconocida entonces para ella, que incorporó como canción en "Corderito mío". Producido en su eje central junto a Iván González, Rey es un relato de larga extensión. Incluye canciones como eslabones no lineales de una cadena. Entre ellas aparece "Déjame", con la participación de la mexicana Ximena Sariñana y la colombiana Lido Pimienta, junto con una serie de "transiciones": breves segmentos de música desechada, demos, pasajes mal tocados y de baja fidelidad, que finalmente entrelanzan la narración. —Iñigo Díaz