Hay un fuego
Una reflexión profunda acerca de los tiempos de despertar de las conciencias en distintos niveles exhibe la cantautora Natalia Suazo en su tercer álbum. Posiblemente el más conceptual de todos sus discos conceptuales, sitúa su figura en una dimensión mucho mayor que el de la cantautora o la compositora. Natisú ya había hecho un recorrido como productora trabajando con artistas de su época y consiguiendo de paso un premio Pulsar a la mejor producción discográfica. Pero en Hay un fuego ella termina por definir la gestación de un sonido desde la definición del rol de esa materialidad que ella venía investigando en la década de 2010. El álbum expone varios aspectos, en un mano a mano con el productor Iván González, para un repertorio que tomó seis años en terminarse y que pasó por distintos momentos en la vida personal de su autora, aunque también por los contextos del estallido social y la pandemia. Desde allí se deslizan las críticas al sistema neoliberal que ha colonizado a las personas, al poder político y a la destrucción de la naturaleza. El uso de sintetizadores, máquinas, ritmos y sonidos procesados marca el ambiente de un repertorio pop que bordea la música experimental, pero sigue siendo pop desde el melódico y armónico enfoque que Natisú le da a sus canciones. "Huracán" abre la música en este marco de fuegos cruzados, mientras que "Nadie sabrá mi nombre" aparece como una definición acerca del paso del tiempo y la insignificancia que somos. Natisú canta una sentida "Paisaje", a bajo pulso, junto a Benjamín Walker, y luego una más trepidante "No somos", con Chini.png. A ellas también se suman una rockera "Hay un fuego", y "La distancia", con un enfoque más electrónico, piezas que marcan una diversidad dentro de su uniformidad. —Iñigo Díaz
Canciones
1. Huracán
2. Paisaje (con Benjamín Walker)
3. Una isla
4. No somos (con Chini.png)
5. Nadie sabrá mi nombre
6. Hay un fuego
7. La distancia
8. Amores
9. A las palabras que no vienen del invierno