El tercer álbum de Sebastián Castro vino a remover el pensamiento del pianista y fue decisivo en su historia musical en varios sentidos. Su título da cuenta de su condición de inmigrante y estudiante de piano en Alemania: muy lejos. En paralelo a esos estudios en la Hochschule für Musik und Theather, Castro comenzó a asistir a los clubes de jazz de la ciudad, donde tomó contacto con los músicos que lo acompañan en esta sesión: el eslovaco Peter Cudek (contrabajo) y el austríaco Christian Lettner (batería), dos solistas de estatus bien ganado en Munich. Pero lo más determinante fue la conexión que tuvo con el piano, un instrumento escaso en Chile y abundante en Alemania. El álbum es resultado de ese distanciamiento con su tierra, dado que si bien Castro proyectó un repertorio inspirado por las raíces latinoamericanas, el álbum terminó siendo un experimento de música contemporánea. Fue, en definitiva, la primera parte de una trilogía de grabaciones para trío que testimonian no solo ese paso por Alemania, sino el giro que dio hacia el sonido completamente acústico, que Castro llevó adelante con tres agrupaciones diferentes. Tras Far away, vinieron Mixture, en Munich, y Dadinirt, en Santiago. —Iñigo Díaz