Referencial como lo fue un año antes Gepinto, de Gepe, el debut de una Javiera Mena de 23 años marca una cantautoría que se inició tímida pero prometedoramente en el cambio del siglo. Terminaría sentando las bases para una elite del pop chileno una década después, la misma generación de la que ella habla en "Al siguiente nivel". Muchas de las canciones centrales de Esquemas juveniles habían sido creadas durante su adolescencia y se escucharon por primera vez en precarias actuaciones de Javiera Mena: "Cámara lenta" y la emblemática "Sol de invierno", con piano, armonías y contrapuntos vocales junto al mismo Gepe, quien aparece como baterista en parte de la grabación. Producido por Cristián Heyne, todo ese material impregnado de adolescencia gestado con guitarras acústicas, simples teclados y computadores caseros, adoptaron una nueva jerarquía. También en el contraste de canciones acústicas, melancólicas y conmovedoras como la misma "Sol de invierno", "Esquemas juveniles" o "Está en tus manos", frente al tecno pop de secuencias y bases electrónicas de "Como siempre soñé", con letra de Sofía Oportot, la misma "Al siguiente nivel" o "Perlas", con la participación de Diego Morales. Fiel a un pasado como auditora del dial AM y a un presente como revisionista, Javiera Mena hace finalmente de "Yo no te pido de la luna", de la mexicana Daniela Romo, uno de sus mayores dardos en el blanco. —Antonio Voland