De algo hay que morir
Diego Lorenzini se afianzó como un cantautor hábil en la construcción de canciones entrañables, dotadas de ingenio y humor, ricas en referencias pop y estampas cotidianas. Ese oficio permanece y se proyecta en De algo hay que morir, su tercer disco en la década de 2010, pero bajo esa cara de un cancionero amable se esconde un ejercicio que su propio autor ha definido como "jugar musicalmente con el odio". También se ocultan virtudes levantadas junto al productor Martín Pérez Roa y una nómina de invitados que incluye al noruego Erlend Øye, habitual visitante a Chile durante esa década, además de Niña Tormenta ("Chao mi niño"), Rosario Alfonso ("Sin otro particular se despide"), Chini Ayarza ("Mierda"), Simón Campusano y Javier Bobbert ("Valparaisito"), solistas vinculados al sello Uva Robot. Son armonías vocales, efectos mínimos, juegos rítmicos que engrandecen canciones frescas y singulares. —Rodrigo Alarcón
Canciones
- Spoiler
- Sí po'
- Plan maestro
- Chao mi niño (con Niña tormenta)
- Pony
- Valparaisito (con Javier Bobbert)
- Felipe Camiroaga
- Estamos fritos
- Mierda (con Chini)
- Me voy a Valparaíso (con Erlend Øye)
- Billete de luca
- Sonría, lo estamos grabando
- Soy un corpóreo y dentro de mí hay una actriz recién titulada llorando
- Sin otro particular se despide (con Rosario Alfonso)
- Dos noticias
- Introducción a Viva Chillán, una crueldad innecesaria (con Cristóbal León)
- Viva Chillán, una crueldad innecesaria