Iñigo Díaz

La Big Band UC se inició desde el lenguaje del swing, pero dada las influencias de Vera el trabajo orquestal se abrió más allá de los referentes de Count Basie (por el lado de las big bands negras) o Tommy Dorsey (por las orquestas blancas). En la línea de la música popular, Vera estaba muy inmerso en el latin jazz y en la fusión jazzística. Algunos de sus músicos también tocaban paralelamente en proyectos de música pop. La Big Band UC se orientó entonces hacia el latin jazz, el jazz-rock o el jazz-funk, con obras desde Gershwin a Hancock y desde Porter a D'Rivera, e incorporando además composiciones para orquestas swing del chileno Santiago Cerda (director de la Los Andes Big Band).

Entre los músicos que pasaron por las secciones de la Big Band UC se apuntan el saxofonista tenor Rodrigo Urbina (que tocó para el grupo Feria), el saxofonista alto Paulo Montero, el trompetista Roberto Veloso (de Mamblues), el trombonista Patricio Bracamonte (de la primera MediaBanda), el pianista Cristián Santis (de Nexus) o el guitarrista Cristóbal Menares. A ellos también se integraron el vibrafonista Carlos Vera Larrucea, quien como solista invitado le dio a la orquesta sonoridades poco habituales en el swing, así como el cantante Rodrigo González oficiándolas de crooner en 2004.

En 2006 la orquesta acompañó en un concierto estelar en Campus Oriente de la UC la celebración de los 50 años de jazz del saxofonista alto Patricio Ramírez, en uno de los más importantes hitos de la big band en toda la década. Tiempo después, insoslayables discrepancias con los académicos de ese instituto de la universidad, obligaron a Vera a disolver la big band, quien en 2010 emigró a la Escuela Moderna para continuar su proyecto de dirección de orquestas de jazz.