Mirtha Iturra

Mirtha Iturra
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Mirtha Iturra Bernales es una cantora de rodeo a la vez que figura de la música típica en la ciudad, activa intérprete y divulgadora del folclor centrino en los escenarios y los discos. Nacida en Constitución en el seno de una familia de agricultores y músicos, tuvo estrecho contacto con la vida campesina, la tierra y las canciones. Llegó al Puente Alto rural y entonces ha proyectado la canción campesina, más de 800 cuecas y tonadas, desde la ciudad. Su nombre es ineludible en el panorama de la canción folclórica desde los años '80 en adelante, y ha sido considerada, durante 30 años, una de las principales representante de las cantoras de rodeo.

Ficha

Fechas

Constitución - 18 de abril de 1951

Región de origen

Maule

Décadas

1960 |1970 |1980 |1990 |2000 |2010 |2020 |

Géneros

Mirtha Iturra

Mirtha Iturra Bernales es una cantora de rodeo a la vez que figura de la música típica en la ciudad, activa intérprete y divulgadora del folclor centrino en los escenarios y los discos. Nacida en Constitución en el seno de una familia de agricultores y músicos, tuvo estrecho contacto con la vida campesina, la tierra y las canciones. Llegó al Puente Alto rural y entonces ha proyectado la canción campesina, más de 800 cuecas y tonadas, desde la ciudad. Su nombre es ineludible en el panorama de la canción folclórica desde los años '80 en adelante, y ha sido considerada, durante 30 años, una de las principales representante de las cantoras de rodeo.

Iñigo Díaz / Jorge Leiva

Formada desde niña por su abuela cantora Filomena Pereira, de Pahuil, localidad cercana a Cauquenes, a los tempranos nueve años Mirtha Iturra aprendió el oficio de la cantora de rodeo con su vecina Otilia Tilita González, una de las referencias para Margot Loyola. Junto a ella, y con un precoz dominio de la guitarra, a los doce ya cantaba profesionalmente en las medialunas de Chanco, Empedrado, Hualañé, Villa Prat, además de otras comarcas de esa, una amplia zona de cantoras campesinas.

En aquel desempeño –un quehacer que conlleva jornadas de largas horas de canto al aire libre- Iturra fue forjando su propio estilo interpretativo. Articuló elementos del canto agreste presente en esa canción campesina, que originalmente se ejecutaba sin micrófono ni amplificación, con la estilización vocal de la llamada música típica desarrollada desde los años '30 a los '60 por figuras de la tonada como Silvia Infantas, una de sus reconocidas referencias.

Mirtha Iturra fue parte de varios conjuntos: Tres para el Folklore, Pahueldún, Tierra Chilena, Espiga (que dirigía Raquel Barros) y Los Puntillanos, y con todos ellos aparece en una decena de discos. En 1985 y 1986 participó en la competencia del Festival del Huaso de Olmué y en 1987 integró el grupo de cantores que actuó ante el Papa Juan Pablo II en su visita a Chile. Pero su debut propiamente como solista se registra en 1991, con el disco Mi potrillo regalón, que inauguró una nutrida discografía suya a lo largo de las décadas, y donde con frecuencia está acompañada por el conjunto folclórico Alma Chilena, elenco con el que también se presenta en escenarios.

Tradición de música corralera
En su historia aparecen varias canciones que ya son clásicos del repertorio de rodeos, como la propia "Mi potrillo regalón" (canción de Francisco Lobos Silva y cuyo nombre original es "Campeando mi potro"), el retrato de un padre jinete representado en "Los aperos de mi taita”. Pero sobre todo está “El novillo del silencio”, de Alicia Valdés, que Mirtha Iturra presentó en el Festival del Huaso de Olmué en 1987, y que canta desde entonces. En ella rinde un homenaje a jinetes fallecidos, y se escucha regularmente en el momento en el que se recuerda a quienes han muerto ese año. Su letra dice: “Las puertas se abren al paso / del novillo del silencio. / Los huasos emocionados / se inclinan con gran respeto, / El corazón de esos hombres / se oprime por el dolor. / El dolor que les dejara / el amigo que partió”.

“Para cantar en un rodeo se debe tener buena voz, energía, buenas manos, salud y estar en óptimas condiciones físicas para durar ocho horas cantando, a veces tres días seguidos”, testimonia Mirtha en el libro Cantoras de rodeo (2001), de Bernarda Faúndez. Allí también revela la necesidad de contar con un abundante repertorio para actuar durante esas extensas jornadas. Más de un centenar de esas canciones las ha registrado en esa discografía propia, donde aparecen cuecas, tonadas, valses y otros ritmos del folclor de la zona central, y donde combina títulos tradicionales del folclor y de la música típica, con canciones desconocidas, muchas de ellas referidas a las vivencias alrededor del rodeo, medialunas, eras y corrales.

Mirtha Iturra se ha presentado en México, Argentina, Colombia, Estados Unidos y Canadá y ha recibido reconocimientos como el Laurel de Oro en 1992, que entregaba el diario La Cuarta mediante una votación popular, además de distinciones otorgadas por el Ministerio de las Culturas, en 2009 y 2019. Pero su mayor reconocimiento , en sus palabras, es el del estatus de cantora de rodeo, un oficio que ella ha ejercido desde los tempranos años '60 y del que ha llegado a ser un nombre principal.

Entre 2001 y 2015, Mirtha Iturra llegó a ser nombre central en el Campeonato Nacional de Rodeo en Rancagua, la mayor cita del país de la disciplina, y muchas de sus canciones son emblemas de esta actividad. Aunque el rodeo ha sido fuertemente cuestionado en la sociedad chilena desde los 2000, por casi por dos siglos fue un escenario fundacional del folclor chileno, y en esa historia el nombre de Mirtha Iturra es fundamental.

Actualizado el 21 de diciembre de 2023