Iñigo Díaz

Su carrera se remonta a la adolescencia en el extremo austral, con una serie de participaciones en los festivales de la canción Domingo Savio, del Liceo Salesiano San José. De allí pasó al Festival de la Patagonia de 2004, integrando un cuarteto vocal que obtuvo el primer lugar y que fue la vía de acceso para estudiar canto y lenguaje musical en Conservatorio de Música de la Universidad de Magallanes. Poco después, Álvarez se integraba al staff de alumnos de la academia de Luis Jara en Santiago. Desde allí se conectó más directamente con la industria de la música y la televisión y en 2007 llegó a las últimas competencias de “Rojo, fama contrafama”. En ese concurso de valores emergentes obtuvo el segundo lugar de la generación (superado por Paolo Ramírez) y al año siguiente, el último al aire, tampoco pudo alcanzar el triunfo (que se llevó Carolina Mestrovic).

Pero fue esta experiencia la que le dio pie a Álvarez para enfrentar en 2009 el desafío subcontinental al presentarse como baladista en “Latin american idol”, junto a las cantantes nacionales Karen Olivier y Pamela Herrera. Ambas quedaron en el camino, pero la potencia vocal e interpretativa de Álvarez le permitió avanzar en las posiciones y llegar a ubicarse entre los tres finalistas de esa edición. Así el puntarenense quedó indexado como el mejor representante chileno en el concurso, superando las participaciones anteriores de cantantes como Miguel Garcés, Gabriel Suárez, Loretto Canales, Francisca Silva o Licetty Alfaro.