Osmán Pérez Freire

Osmán Pérez Freire
Foto: Archivo Andrés Bello, Universidad de Chile

Osmán Pérez Freire es un fundador. Ya en los albores del siglo XX fue el primer autor de alcance internacional en la historia de la música chilena, con una canción que hoy es patrimonio mundial y cuyo título va indisolublemente unido al nombre de su autor: el ‘‘¡Ay! ¡ay! ¡ay!’’ (1915). Al escribir ‘‘Asómate a la ventana / Ay, ay, ay, / paloma del alma mía / Que ya la aurora temprana / Ay, ay, ay, / Nos viene anunciando el día’’ impuso una de las canciones chilenas más tradicionales.

 

Ficha

Fechas

Santiago - 02 de abril de 1880
Madrid (España) - 02 de abril de 1930

Región de origen

Metropolitana de Santiago

Décadas

1910 |1920 |

Géneros

Osmán Pérez Freire

Osmán Pérez Freire es un fundador. Ya en los albores del siglo XX fue el primer autor de alcance internacional en la historia de la música chilena, con una canción que hoy es patrimonio mundial y cuyo título va indisolublemente unido al nombre de su autor: el ‘‘¡Ay! ¡ay! ¡ay!’’ (1915). Al escribir ‘‘Asómate a la ventana / Ay, ay, ay, / paloma del alma mía / Que ya la aurora temprana / Ay, ay, ay, / Nos viene anunciando el día’’ impuso una de las canciones chilenas más tradicionales.

 

David Ponce

Nacido en Santiago en 1880, Osmán Pérez Freire vivió apenas medio siglo y pasó gran parte de su vida en Argentina y España, pero fue una figura central en la música popular chilena de fines del siglo 19 hasta la belle époque local de los años ’20. Pianista y compositor, contemporáneo Luis Sandoval, Enrique Soro, Armando Carrera o Amelia Palma de Pérez entre otros autores, se dedicó por igual a la tradición folclórica y a ritmos de moda en la época como el shimmy y el tango, y con las tonadas ‘‘El delantal de la china’’ y ‘‘La tranquera’’ sentó las bases de la música típica que luego consolidarían Nicanor Molinare (1896-1957), Francisco Flores del Campo (1908-1993) o Clara Solovera (1909-1992).

Hijo único del médico Cornelio Pérez Bustos y de Mercedes Freire, el músico era nieto del general y Presidente Ramón Freire. Desde niño estudió piano y fue impulsado a componer por su madre, aficionada a la música. En 1891 la familia, partidaria del gobierno balmacedista, escapó a Mendoza a raíz de la guerra civil que ese año costó la vida al Presidente José Manuel Balmaceda, y Argentina sería por años su país adoptivo. Fue allí donde conoció en 1913 a Carlos Gardel y José Razzano y ya entonces les mostró el ‘‘¡Ay! ¡ay! ¡ay!’’ que sería grabado por ese célebre primer dúo de Gardel años más tarde: un encuentro temprano tras el cual Pérez Freire es considerado uno de los primeros maestros de ese dueto criollo.

En Argentina, el músico chileno actuó en radio, fue acompañado por el pianista Roberto Firpo e hizo numerosos tangos. Entre ellos figuran ‘‘Canillita’’, inspirado en la figura del niño vendedor de diarios, y ‘‘Alfonsito’’, dedicado a la visita a Argentina del rey español Alfonso XIII. ‘‘Maldito tango’’ (1916), con letra de Luis Roldán, y ‘‘Beso de muerte’’ fueron grabados por Libertad Lamarque y Osvaldo Fresedo. Y su catálogo tanguero incluye ‘‘Media luna’’, ‘‘15 días de filo’’, ‘‘Probá que te va a gustar’’, ‘‘El triunfo del tango’’, ‘‘Conde Orsini’’, ‘‘Meta merengue, no más’’, ‘‘Entre dos luces’’, ‘‘Pan criollo’’, ‘‘Mar de fondo’’, ‘‘El mascotón’’, ‘‘Mi tirana’’, ‘‘Mi nena’’, ‘‘Mi regalona’’, ‘‘Mi reina’’ y ‘‘Mi ricurita’’.

Un shimmy para Fritz Lang
El autor se casó a los 29 años con la uruguaya María Adela de Lara, con quien tuvo dos hijas, Mercedes y Liliana Pérez Freire, igualmente dedicadas a la música. En Chile, uno de sus hitos fue la inauguración de Radio Chilena, el 26 de marzo de 1923, siete meses después de la primera transmisión radial efectuada en el país. El acto fue animado por la orquesta de Ubaldo Grazziolli y en él Pérez Freire pronunció el discurso inaugural y cantó ‘‘¡Ay! ¡ay! ¡ay!’’. Y más sorprendente es su vínculo con el cine: en la película muda Dr. Mabuse (1922), del pionero realizador alemán Fritz Lang, el tema central es un shimmy de igual título, y su autor acreditado es Osmán Pérez Freire.

Entre doscientas y trescientas obras han sido consideradas en su repertorio, y su más célebre compañero de pluma fue Antonio Viergol. Además del tango ‘‘Canillita’’, Viergol firma las letras de las dos tonadas más famosas de Pérez Freire, ‘‘El delantal de la china’’ y ‘‘La tranquera’’, y del cuplé ‘‘La telefonista’’ (1919), fiel muestra de la música bailable de los años ’20. Hay controversia en torno a ‘‘Río, río’’, de José Antonio Soffia, una de las más antiguas canciones chilenas, escrita a fines del siglo XIX. Según el biógrafo Pablo Massone la música es de Pérez Freire, pero a menudo es atribuída al compositor Osvaldo Silva.

Otras obras del autor son ‘‘Un viejo amor’’, ‘‘Al pasar’’, ‘‘El caballo alazán’’, ‘‘Dime, luna, si la ves’’, ‘‘Gloria Victoria’’, ‘‘Como agoniza una flor’’, ‘‘La cruz del sur’’, ‘‘El marinerito’’, ‘‘Amanecer’’, ‘‘El gaucho vencido’’, ‘‘Tengo una pena en el alma’’ y ‘‘El poncho del olvido’’. Escribió tonadas (‘‘El moro volvió sin él’’, ‘‘Negrito’’, ‘‘Decime pa’ qué viniste’’, ‘‘Pobre viejo despilchao’’, ‘‘El gualicho’’, ‘‘Los consejos de tata’’), cuecas (‘‘La argentina’’, ‘‘¡Viva Chile y la Argentina!’’, ‘‘La estrella solitaria y el sol de mayo’’), estilos ( ‘‘Por tu ausencia’’, ‘‘Bajo el alero’’, ‘‘El conscripto’’, ‘‘El overo rosao’’), canciones (‘‘¿Y por qué no me querís?’’, ‘‘Copihues rojos’’, ‘‘Lloro como llora un niño’’, ‘‘Yo ya sabía’’, ‘‘Decime si me querís’’) y valses (‘‘Brisas’’, ‘‘Espumas’’, ‘‘Flor de sombra’’, ‘‘Reflejos’’, ‘‘Vértigo’’).

Después de Argentina, España acogió a Pérez Freire. Actuó en la celebración de la Semana Chilena en la exposición de Sevilla en 1929 y su actividad en ese país le valió las congratulaciones de Alfonso XIII, quien adoptó su ‘‘Himno del soldado español’’ para el cambio de guardia de palacio. Pero fue un triunfo muy breve, como refiere el estudioso Oreste Plath. ‘‘El primero de abril de 1930 se le comunicó que sería condecorado por el Rey y que recibiría las Palmas de Académico de la Real Academia de Bellas Artes; al día siguiente, dos de abril, se quedó dormido para siempre’’, escribe Plath en el diario ‘‘La estrella’’ de Valparaíso, el 7 de noviembre de 1986. Osmán Pérez Freire murió en Madrid el 2 de abril de 1930, a los 49 años. Fue embalsamado y despedido con honores reales. Trasladados sus restos a Chile, fueron sepultados en el Cementerio Católico, entre bandas militares que tocaron trozos de su música.

A contar de entonces no ha habido fronteras para las tres estrofas y dieciocho versos de ‘‘¡Ay! ¡ay! ¡ay!’’. Los aludidos Carlos Gardel y José Razzano la grabaron como dúo. El eminente autor paraguayo Agustín Barrios Mangoré hizo un arreglo para guitarra. Músicos populares tan diversos como Pérez Prado, Pedro Vargas y Julio Iglesias la han prensado en sus discos. Y una imponente serie de cantantes líricos hizo lo propio, desde Mario Lanza, que la grabó para el cine, y el tenor sueco Jussi Bjoerling, que hizo un registro el 8 de octubre de 1936, hasta Plácido Domingo, José Carreras, Dmitri Smirnov, Renato Zanelli, Jan Kiepura, Titta Rufo, Lily Pons, Tito Schipa en The complete Gramophone and Pathe recordings (1913-1921) (1998) y el tenor español Miguel Fleta en Miguel Fleta sings opera arias and songs, recordings from 1922-1930 (1998), considerado uno de los mejores intérpretes de la pieza.

En Chile, Ginette Acevedo, Antonio Zabaleta, Patricio Renán, Los Huasos Quincheros y otros intérpretes grabaron sus canciones en una cassette en homenaje al autor patrocinado por el Ministerio de Relaciones Exteriores de la dictadura en 1986, y los propios Quincheros lo incluyeron en su antológico espectáculo ‘‘Grandes autores chilenos’’ (1992) con la Orquesta Sinfónica de Chile. Tras el fallecimiento de su hija Liliana Pérez, en 1988, canciones de Osmán Pérez Freire como ‘‘Al pasar’’ y ‘‘¡Ay! ¡ay! ¡ay!’’ pasaron formalmente al dominio público. El mismo al que han pertenecido por décadas.

Actualizado el 17 de julio de 2021