Iñigo Díaz
La explicación del fenómeno de generación espontánea de lo que se conoció como “estilo Jequier” también se puede encontrar en los intereses musicales más que en un estudio riguroso del canto. Cuando era alumna de Estadística en la Universidad Austral de Valdivia se involucró con el jazz de muy distinta a la de otras cantantes. A Jequier nunca le llamaron la atención las intérpretes vocales de swing, sino los solistas modernos: Thelonious Monk y John Coltrane. Su primer acercamiento a la música de avanzada no fue temático, sino instrumental.
A Santiago llegó en 1981, a los 22 años, para estudiar Pedagogía en Música en la Facultad de Artes de la Universidad de Chile. Ahí se involucró con jóvenes músicos que integraban un grupo llamado Media Banda (Francisco Pato Zúñiga, Cristián Crisosto, Jaime Vivanco, Willy Valenzuela), y luego comenzó a estudiar técnicas de canto lírico con Lucía Gana. También fue alumna de la primera maestra del canto popular en Chile, Inés Délano. Pero algo más significativo fue el estudio de clarinete que tiempo después también definiría ese estilo vocal propio. “Tuvo mucho que ver también la combinación de clarinete y canto. De esa mezcla instrumental y vocal surgieron cosas importantes”, explicaría.
Por entonces, en una época de universidad en peligro e intervención, Jequier frecuentaba las sesiones de ensayo del grupo Media Banda y escuchaba música considerada casi inaccesible: la cantante avant-garde escocesa Maggie Nicols, la cantanta polaca de fusión Ursula Dudziak, toda la serie de compositores e improvisadores del movimiento del Rock in opposition, la obra completa de Frank Zappa y su colaborador Captain Beefheart, además de los exponentes de la música erudita brasileña como Hermeto Pascoal, Egberto Gismonti. En 1984 todo eso se traspasó al grupo que sucedió a la Media Banda y que se llamó Fulano.
Maquinarias y canciones
Jequier se integró a la vorágine del sexteto experimental antifascista, donde concretó su imagen inmersa en una banda masculina y donde multiplicó su funcionalidad vocal. Su voz aparece en el scat melódico de “Suite Recoleta” (1987), “Perro chico malo” (1989) y “Godzilla” (1997), pero también tuvo matices rockeros en “La historia no me convence, sólo me atraganta” (1989) y “Morbosadoquista” (1993).
Arlette Jequier convirtió la voz en una herramienta de color instrumental mucho más que en la función narrativa y soporte de un texto. Con ella, Fulano obtuvo triunfos en sus himnos “Sentimental blues” (1989), “Lamentos” (1993) y la que probablemente haya sido la más grande interpretación de Jequier en toda esa historia, “Arañas de tribunal” (1997). Jequier está en toda la discografía clásica del grup: Fulano (1987), En el bunker (1989), El infierno de los payasos (1993) y Trabajos inútiles (1997).
Más tarde, ya integrando la MediaBanda que fue refundada el año 2000, la cantante presentó otras propiedades al ejecutar solos para “No hay que apegarse al pasado” y “El largo camino hacia la superación de la estupidez” (de Entre la inseguridad y el ego, 2004), improvisaciones libres absolutas en “Mala lilili papala polú” y “Trío” (de Dinero y terminación nerviosa, 2007) y una combinación de dúos con su hija Regina Crisosto Jequier. Muchas cantantes contemporáneas han sido marcadas por Arlette Jequier desde diversos ángulos: las cantantes de jazz Rossana Saavedra y Juana Rodríguez, las cultoras de la fusión Ana María Barría y Lorena Gormaz, las cantantes pop Claudia Stern y Paula Hinojosa y solistas como Renata Carrasco, María Perlita y Verónica Soffia.
En 2009, Jequier anunció su salida de MediaBanda y a inicios de 2013 dejó también a Fulano. Tras concentrarse en un nuevo período como maestra de canto, en 2015 comenzó a trabajar en nuevas creaciones y a organizar un sexteto con músicos de jazz, rock, música experimental y contemporánea, con el apoyo del guitarrista Camilo Acevedo (de Zeptelar), que hizo su estreno en el verano de 2017 en un concierto en el Teatro Oriente, donde presentó el álbum Aire, su primer trabajo solista tras la era Fulano.
Actualizado el 09 de noviembre de 2022