David Ponce
Reconocido como precursor en el uso del bajo eléctrico a comienzos de los '60, el músico se mantuvo fiel sobre todo a las grandes dimensiones del contrabajo, instrumento para el que acuñó un nombre familiar que lo caracterizó: Arturo Ravello Herrera tocaba "el ropero grande".
El Slam Stewart chileno
Como parte de la orquesta del director Federico Ojeda en 1953 lo localiza el musicólogo Álvaro Menanteau en su libro "Historia del jazz en Chile" (2003), y a comienzos de los años '50 además tocaba jazz en el Trébol Trío, con Francisco Blancheteau (guitarra), Hernán Prado (piano) y el propio Ravello (contrabajo). Durante esos años Ravello fue conocido en el medio como el "Slam Stewart chileno", en referencia al histórico contrabajista norteamericano del pianista Art Tatum, cuyo estilo, como el del chileno, consistía en tocar con arco y cantar unísono con su voz.
Ampliado a cuarteto con José Luis Córdova (batería), ese grupo grabó cuatro composiciones de jazz, actuó en sitios como El Mandarín o Night & Day en Santiago y parte de su alineación acompañó al saxofonista estadounidense Bud Freeman en el Hotel Carrera a fines de 1952 y comienzos de 1953, con Blancheteau, Giovanni Cultrera (piano), Ravello y Córdova, según reconstituye Menanteau.
En una entrevista publicada en 2005 por el diario "La Estrella de Arica" el propio Ravello evoca además haber tocado con el trompetista de jazz Louis Armstrong, quien visitó Chile en 1957, y con Ketter Betts, el contrabajista del cantante estadounidense Nat King Cole, quien llegó en 1959, además de grabaciones con figuras como Armando Manzanero y Lucho Gatica. Y ésa era sólo parte de la actividad musical que desarrolló en los más diversos frentes de la época.
Ravello tocó en shows de radio y grabó en discos para los sellos Odeon y RCA Victor. Acompañó desde comienzos de los '60 a estrellas de la Nueva Ola como un adolescente Peter Rock y Danny Chilean, con quien tocó en 1961 junto al baterista Sergio Gomina Sánchez en el programa "El show de la Polla" de Ricardo García en radio Minería, según citan Juan Pablo González, Óscar Ohlsen y Claudio Rolle en "Historia social de la música popular en Chile (1950-1970)". Y actuó en la orquesta de Hugo Ramírez para dos versiones del Festival de Viña, en una de las cuales, en 1966, recordaba haber acompañado al grupo español Dúo Dinámico.
El propio contrabajista hacía memoria de haber tocado un bajo eléctrico Hofner en la época de sus giras con Peter Rock. Álvaro Menanteau coincide al establecer que hacia 1960 Arturo Ravello ya había hecho el cambio del contrabajo al bajo eléctrico. Y los citados González, Rolle y Ohlsen localizan a su vez un disco sencillo editado a fines de 1959 por el sello RCA Victor como parte de las primeras grabaciones de rock and roll chilenas, con Ravello no como contrabajista sino como pianista, bajo el nombre de The Ravello's Five Rockers y con los títulos "Whooo-hoo" y "Rock-bass" por lado y lado del single: un adelantado rocanrolero local.
"El rock and roll tenía mucho de jazz, y a mí en realidad lo que siempre me gustó, desde chico, fue eso: asistía a los conciertos del Club de Jazz y me encantaba tocar esa música", recordaba a su vez el músico en uno de los testimonios del libro "Prueba de sonido: primeras historias del rock en Chile (1956-1984)". En esa línea, Ravello formó los citados Five Rockers y los South Pacific, dos conjuntos con alineación de quinteto junto a integrantes como Humberto Lozán (voz), Valentín Trujillo (piano), Panchito Cabrera (guitarra), Lucho Córdova (batería) y Luis Pizarro (batería), y con actuaciones en lugares como el Waldorf y el Casiño de Viña, según los recuerdos de Valentín Trujillo en la misma publicación de prensa de 2005.
Arturo Ravello llegó a fines de los años '60 a Arica, donde se desempeñó en el Casino de Arica, en la filial local de la Orquesta de Cámara de la Universidad de Chile y como profesor de contrabajo en la misma universidad, además de su trabajo más reciente como profesor del liceo artístico Doctor Juan Noé Crevani. Ya retirado, vivió sus últimos días en una casa de reposo en el cerro La Cruz, donde murió el 23 de septiembre de 2011, a causa de una varicela. "La música y el arte son necesarios para alimentar el alma", había dicho poco antes, cuando recibió un tributo a su historia y fue investido, el 22 de junio del mismo año y junto a Manuel García entre otras personalidades locales, como hijo ilustre de la ciudad.
Actualizado el 16 de mayo de 2021