Marisol García

Es cierto que primero estuvieron las cámaras, enfocadas para un segmento de competencia entre nuevas voces del programa "Sábados Gigantes". Era un espacio que, aunque discreto, aseguraba entonces una sintonía auténticamente masiva para un canto que parecía el de una consagrada, entrenado desde pequeña en casa junto a su padre a partir de las exigencias de tangos y boleros. Poco después, su interpretación de una canción de Whitney Houston en el programa "Éxito" precalentó la buena recepción que más tarde se haría imparable en festivales: pisó la Quinta Vergara por primera vez a los 20 años (defendiendo en 1988 el tema "A veces", de Reinaldo Tomás Martínez, que quedó con el tercer lugar y la Gaviota a mejor arreglo, y además otro reconocimiento para ella como artista más popular), y luego no paró de recibir invitaciones de competencias similares en todo el continente. De esa primera etapa se recuerdan canciones a su nombre como "No fue mi culpa", "Estoy enamorada de ti", "Para querernos" y "Amor de empresa". Llegó a participar de seis festivales internacionales como representante de nuestro país, y en todos ellos obtuvo premios como mejor intérprete, «siempre con títulos difíciles de cantar», destaca.

Clases particulares de canto y citas esporádicas en televisión y festivales la mantuvieron ocupada durante los años '90, una década que le resultó particularmente ardua por dos accidentes automovilísticos que afectaron gravemente su salud. Pero, tal como ella reconoce, «la música es sanadora». Frías es una intérprete activa hasta hoy, en recitales a solas, como parte de espectáculos de recuerdo de los años '80, en competencias para televisión (como "Rojo VIP", en 2005) o en su compromiso con el dúo Rosas Frías, que ha consolidado en disco y en vivo su extensa amistad con Alejandro de Rosas. Allí también hay varias composiciones suyas. Al fin, el canto romántico es como un músculo que ella no se cansa de ejercitar: «Es maravilloso escribir una canción crear música y plasmar un sentimiento», describe.