Después de quince años de experiencia acumulada en Los Tetas, en Funkattack y en producciones con figuras del calado de Gustavo Cerati, Myriam Hernández y Wisin & Yandel entre Chile y EE.UU, el rapero Tea Time debuta como solista en 1, un disco con elementos de funk y soul, pero que sobre todo es su afirmación como hombre de hip-hop. "Ahora saben que no fui a la universidad, y que mi vida entera la he dedicado al rap", dice en la canción en que se define como microphone junkie o adicto al micrófono, y entre sus declaraciones están los viajes que ha emprendido ("Hice mi vida en Chile, now we're back in LA") y sobre todo las credenciales callejeras que quiere mostrar, en rimas como "Somos perros callejeros y ésa es la realidad", "Ahora volví a la calle, volví con mi rap, más fuerte que nunca vengo a decirte I'm back" o en el completo spanglish del single "Barrio": "Los que me ayudaron cuando yo andaba fucked up / No money, no weed / I was sleeping on a couch / mis amigos saben bien what I'm talking about". Tea Time rapea de hecho con un acento particular, inventa verbos propios como en el verso "Ahora la noche murmulla", en "Mexicano" canta la convincente historia de un narco que estaría bien en una película de Robert Rodríguez, y no pronuncia "jip jop" como en Chile, sino "hep hap" como en inglés. La producción de 1 corre por cuenta de la dupla de Valparaíso entre Charlie Checkz y Black Billz, con espacio también para Toly Ramírez (hijo) y con músicos chilenos y extranjeros. Entre los primeros están el piano eléctrico competente de Ariel Pino y las melodías soul de Solo di Medina y Panty, y de los importados se oyen las rimas cool de Problem, el tono más gutural de Big Syke y el acento marcado del puertorriqueño Son Doobie, raperos ligados a gente como 2Pac y Snoop Dogg. El propio dueño de casa lo sugiere en la canción "Afterparty", al final del disco. "En Santiago, Bogotá y luego a Cali / ahora sólo sígueme a mi after party". Son varios mundos en 1. —David Ponce.