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Nacido en Punta Arenas, el canto fue habitual en la casa familia. De niño, Alarcón cantaba a dúo con su madre, repertorios de canción popular, tangos y boleros. Como estudiante formó un conjunto del estilo neofolclórico llamado Patagonia Cuatro, con el que ganó presencia en festivales e hizo popular la canción "Punta Arenas, adiós". A mediados de los '70 llegó a Santiago para estudiar Pedagogía en Música y Canto en el Conservatorio de la Universidad de Chile.

Por ese tiempo comenzó a cantar en coro al alero del director Guido Minoletti, círculo que le permitió luego conocer y acceder a las sabidurías de otros precursores de la música coral como Mario Baeza y Waldo Aránguiz, además de profesores como Jaime Donoso, Guillermo Cárdenas, Eduardo Vila, Fernando Rosas y Hanns Stein. Alumno de canto de la soprano Mary Ann Fones, Alarcón actuó como tenor solista con orquestas y músicos interpretando un repertorio diverso, pero pronto descubrió la belleza y el amor por la música coral y sus alcances a nivel colectivo y social.

En 1985 formó el Coro de Estudiantes de la Universidad Católica, hoy una una institución en esa casa de estudios. Más adelante organizó el Coro Bellas Artes, que tenía mayores aspiraciones de repertorio que el anterior, formado por aficionados. Otros de sus múltiples elencos vocales formados para reunir a personas en torno la música y el canto fueron los coros de Adulto Mayor, de Exalumnos, de Medicina, de Derecho o de College. Como resultado de ese arduo trabajo en este campo, Alarcón tuvo un rol clave en la presentación de “Las Mil Voces de la UC”, que reunió a un coro de dimensiones extraordinarias con motivo de la celebración de los 125 años de la universidad en 2013.

Caos y creación
En 1992, Víctor Alarcón tomó la dirección docente del programa Crecer Cantando, tras la muerte de su precursos, Eduardo Vila, en el Teatro Municipal. Alarcón ideó un metodología de enseñanza del canto coral a profesores de colegios para formarlos en esta área. Recorrió Chile con este ideario formativo, que llegó a crear 230 coros. Más tarde, Alarcó tomó la dirección del elenco titular del probrama, el Coro Crecer Cantando. SUs talleres se denominaron "Canto abierto", impactando a centenares de personas.

Desde 1993 fue académico del Instituto de Música de la Universidad Católica, donde en 1998 creó el ensamble vocal e instrumental Concerto Vocale, su propio instrumento musical, con el que llevó a cabo una serie de proyecto mayores de repertorio, estrenando obras que en Chile jamás se había escuchado. "Me muevo en lo que yo llamo un caos creativo. Sin este orden desordenado no podría hacer ni la mitad de todo lo que hago. Curiosamente, nunca siento que trabajo. Es la maravilla de esta vocación, porque la música y la pedagogía te renuevan y energizan, aunque tengas muchas horas de trabajo", diría el músico.

En 2018 inició el mayor proyecto de su vida musical: llevar al escenario las 209 cantatas de Bach que sobreviven, con conciertos en iglesias del país los domingo. Llegó a estrenas unas doce de ellas, incluida la "Cantata 51", una de las más complejas de la integral, que interpretó el Concerto Vocale junto a su esposa, la soprano Andrea Aguilar. Próximo a continuar con este proyecto en 2019, un accidente de tránsito acabó con la vida del último gran nombre del movimiento coral en Chile.