Si bien Marcelo Córdova lo grabó mientras estudiaba contrabajo en París, el disco expone sus alcances como bajista eléctrico, cultor del jazz fusión que conoció en los '90. Son diversos viajes, de ida y vuelta entre Chile y Francia, o por lugares como la ciudad rosada de Toulouse o la isla de Madagascar, representadas aquí en piezas homónimas. La propuesta de Córdova es rica y dinámica en matices, timbres y colores, como un homenaje al jazz de mestizajes entre lo latinoamericano, lo mediterráneo, lo africano y la abstracción de lo chileno, como ocurre en "Sobre el uno". "Chordova" está influenciada por la música de Tribal Tech (con intervención del guitarrista Emilio García), mientras "Fragmentos" expone un dúo de piano y bajo fretless (con el pianista Lautaro Quevedo). El latin jazz toma cuerpo en "Songo" y "Absusa", y en "Restucciana", Córdova realiza el homenaje principal del álbum, al influyente pionero en las fusiones contemporáneas Antonio Restucci. —Iñigo Díaz