Cristina Gálvez

Cristina Gálvez
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Tras su regreso a Chile en 1993 después de un largo período de exilio impuesto a su familia, la cantante Cristina Gálvez apareció como uno de los nombres de la apartura y una figura en torno a la música en la que confluyen la inspiración latinoamericanista y los soportes jazzísticos. Su música de fusión y su presencia como intérprete de MPB la llevaron a abrirse paso en la escena con un especial vínculo con el Club de Jazz capitalino.

Ficha

Fechas

Valparaíso - 17 de diciembre de 1961

Región de origen

Valparaíso

Décadas

1980 |1990 |2000 |2010 |

Géneros

Cristina Gálvez

Tras su regreso a Chile en 1993 después de un largo período de exilio impuesto a su familia, la cantante Cristina Gálvez apareció como uno de los nombres de la apartura y una figura en torno a la música en la que confluyen la inspiración latinoamericanista y los soportes jazzísticos. Su música de fusión y su presencia como intérprete de MPB la llevaron a abrirse paso en la escena con un especial vínculo con el Club de Jazz capitalino.

Iñigo Díaz

Originalmente orientada al folclor y alineada con los principios de la Nueva Canción Chilena, Gálvez desarrolló esta primera vocación musical en Alemania. Por entonces su referente primordial estaba en la figura de Violeta Parra. Pero no debió transcurrir demasiado tiempo para que el intercambio con músicos provenientes de otras latitudes diseñaran su perfil definitivo. Cristina Gálvez se unió a artistas de Brasil, Colombia, Perú y Cuba, fenómeno determinante en su fisonomía como artista de espectro muy amplio. Actuó junto con el saxofonista Raúl Gutiérrez (cabecilla de la orquesta latin jazz Irazú), y luego se introdujo en la música de hombres como Tom Jobim, Chico Buarque, Caetano Veloso y Elis Regina, una de sus máximas inspiraciones vocales, y con quien siguió como precisa intérprete de la MPB.

Al regresar a Chile, Cristina Gálvez se vinculó directamente con músicos que por entonces actuaban permanentemente en el circuito del jazz: el bajista Pablo Lecaros, el pianista Carlos Silva y el por entonces novel guitarrista Jorge Díaz, con quien trabajaría palmo a palmo durante un extenso período. Gálvez operó como cantante esporádica y formadora de voces hasta que en los inicios de 2000 largó como solista al mando de un trío de soporte jazzístico con el que grabó su Evocaciones (2003) y obtuvo en 2005 el Premio Altazor.

Sus pasos siguientes la llevaron en 2006 a reinstalarse en su ciudad-puerto natal y desde ahí continuar un avance en la organización de bandas simultáneas: cuarteto eléctrico y quinteto acústico junto al pianista argentino Rodrigo Ratier (director del grupo Sur), además de duetos de guitarra y voz con los que se aproximó a la chanson française, y colaboraciones permanentes con el trovador Eduardo Peralta.

Actualizado el 19 de enero de 2016