Jorge Leiva / Marisol García
La trascendencia de Engrupo no se lee solo en la música. Con los años, el grupo ha llegado a ser parte del símbolo de una corriente estética innegable en el país: aquella mezcla de ingenuidad, liviandad y hedonismo que—pantalones amasados y gel mediante— representó para algunos la llamada «era ochentera».
Los chicos lindos
Cuatro jóvenes a punto de egresar de colegios del barrio alto de Santiago dieron vida a Engrupo en 1985. Sus pretensiones no eran mayores que avivar festivales escolares y, según propia confesión, «engrupir minas. Por eso el nombre». Pero había que reconocerles al menos dos méritos: no estaban dispuestos a trabajar haciendo covers, sino sólo repertorio propio; y en su formación pesaba la precoz insistencia de Andrés Vargas, el principal compositor, quien desde los doce años (cuando compró su primera guitarra eléctrica) venía probando a músicos con los cuales poder formar una banda.
La innegable llegada entre el público femenino y un demo autoproducido por ellos (para el tema "Historia", compuesto por Vargas a los quince años de edad) interesó de inmediato a los sellos disqueros, y el grupo pudo grabar un primer cassette cuando aún eran estudiantes de enseñanza media. Incluyeron allí títulos elocuentes: "Era su primera vez", "Cigarrillos condenados", "Me tranquilizaré" y aquel single que se hizo famoso por el verso: «¿Y por qué tengo que estudiar historia / si nunca me entraría en la memoria?».
No había en ellos pretensiones poéticas ni mayor cuidado técnico; menos, de pronunciamiento político. «Lo que hacíamos era una mezcla ciento por ciento de energía e instinto», recordaría más tarde el vocalista en el libro de entrevistas Las voces de los '80. «Para qué hablar de la voz: cero técnica y estudios. Lo único que tenía era poca vergüenza».
Si bien el tiempo ha evaluado a su producción con gran dureza, Engrupo no hizo más que aprovechar los beneficios de un boom pop sobreestimulado por sellos y medios de comunicación. En el verano de 1986, el comercial para el lanzamiento de la bebida nacional Free-Cola —en uno de los primeros acuerdos comerciales entre un producto y un grupo de músicos chilenos— les brindó aún más difusión: La banda aparecía en una producida publicidad televisiva de la gaseosa, que buscaba generar una imagen que compitiera nada menos que con el mercado de la Coca Cola.
Entre los hitos de la fama de Engrupo está el encuentro organizado a fines de ese año por la revista SúperRock entre ellos y Los Prisioneros, y que puso en portada una estampa inesperada: la de Jorge González y Andrés Vargas, dos puntales contrapuestos de la música chilena entonces en actividad, no sólo relajados sino que sonrientes.
Su éxito en vivo hizo de su presencia televisiva algo habitual, en un intenso ritmo de presentaciones que los llevó a publicar rápidamente un segundo casssette, Buscando petróleo (1987). En esa grabación, y con ganas de afinar mejor el sonido, participó también el tecladista Glen Trebilcock (recién llegado de toda una vida en Brasil) y un segundo guitarrista, José Luis Miquel.
En tiempos de auge del llamado «rock latino», Engrupo no llegó a tener éxito más allá de las urbes chilenas. Su única presentación fuera del país fue la que ofrecieron en septiembre de 1987 en Miami, en un muy peculiar show para la comunidad chilena residente, que incluyó también al humorista Checho Hirane y la baladista Myriam Hernández. Ellos mismos contaron que «casi no había público: tocamos para las focas y los delfines».
Fin de la historia
La incompatibilidad con sus estudios y un sinfín de problemas con varios managers fue enfriando la actividad de la banda. El primero en retirarse fue Miquel. Sus compañeros anunciaron el fin del grupo en noviembre de 1987. Nunca llegó a publicarse un compilado de sus temas, pues los masters de sus grabaciones desaparecieron por descuido. El único video que existe del grupo es "Cada beso que me das", filmado casi en broma por los músicos. Eso además de muchos registros televisivos.
En 1998 Andrés Vargas regresó fugazmente de España y probó con un disco solista, en códigos alejados del pop de su ex banda y con el sugerente nombre Navegante sin internet. Pero la historia de Engrupo estuvo muerta hasta el año 2006, cuando en un sitio web habilitado por la banda se anunció un concierto de reunión: En octubre de ese año, la banda ofreció una presentación excepcional , cuando en la discoteque Blondie se dio por lanzado el documental Los '80s: el soundtrack de una generación (dirigido por Eduardo Bertrán, y con la presencia de Vargas como voz importante del relato). El grupo definió ese show, sin embargo, como «un chiste entre amigos». De su posible reencuentro nada se ha sabido desde entonces.
Actualizado el 28 de mayo de 2019