El fulgor de una noche en el Goyescas
La última boite santiaguina vuelve a
brillar en un espectáculo a cargo de músicos, actores e investigadores. Son tres funciones en Santiago.
miércoles 14 de marzo de 2007
Durante catorce años, la confitería Goyescas fue el punto de encuentro
ideal para los santiaguinos que buscaban animar su vida social con
música bien elegida y presentada. Al local ubicado en la esquina
sur-poniente de Huérfanos con Estado se iba a tomar té o un trago, pero
sobre todo a escuchar y bailar tango, bolero, swing, mambo e, incluso,
los primeros ensayos locales de rock'n'roll. Según el musicólogo Juan
Pablo González, "es muy difícil encontrar un local chileno donde haya
circulado tanta variedad de música y de tan alta calidad".
El
cierre, en 1963, de la que se considera la última gran boîte
santiaguina, fue la confirmación de que la llegada de la televisión
había cambiado para siempre los hábitos locales en torno al baile y
audición de música en vivo, e incluso el modo de programar la noche. Y
precisamente a ese esplendor ya extinto le rinde tributo "Una noche en
el Goyescas", tercer espectáculo sucesivo a cargo del Instituto de
Música y la Escuela de Teatro de la Universidad Católica centrado en la
música popular chilena de la primera mitad del siglo XX. La misma
sociedad había montado antes "Del salón al cabaret" (2002) y "Días de radio en Chile" (2004).
Tras
su debut en enero en Talca, "Una noche en el Goyescas" tendrá sus tres
únicas funciones capitalinas a contar del próximo jueves en el Centro
de Extención de la Universidad Católica (ver recuadro, al final). El montaje
reproduce la cena de Año Nuevo de 1960, durante la cual músicos de la
Universidad Católica recrean el repertorio y estilo interpretativo de
gente como Pepe Lucena, máxima estrella de la música española en Chile;
las inmortales Sonia y Myriam; la Orquesta Huambaly; y William Reb and
his Rock Kings, el primer grupo chileno de rock'n'roll. El repertorio
incluye clásicos de la canción popular chilena y extranjera masificados
en las voces de estas estrellas de la época: títulos como "Una pena y
un cariño", "Tonadas de Manuel Rodríguez", el chachachá "El bodeguero",
"Quémame los ojos" (precioso bolero de Nelson Navarro) y el pasodoble
"Corazón de España".
Juan Pablo González, productor e
investigador del montaje, cuenta que en el espacio que antes ocupara el
Goyescas se encuentra hoy una farmacia que aún conserva la marquesina
de la boîte. "Al interior se accedía a través de la primera escalera
mecánica que hubo en Chile, al final de la cual te encontrabas con una
'muralla' de peceras de cristal, llenas de peces tropicales muy
coloridos. En el salón había unas gigantografías en blanco y negro que
reproducían las más famosas pinturas de Goya, por eso el nombre del
local. Y el suyo fue el primer escenario mecánico que se conoció aquí:
apretando un botón podías ampliarlo a más del doble, lo que permitía la
ubicación de grandes orquestas o la presentación de cuerpos de baile".
Hacia fines del año pasado, la preparación de este espectáculo
sorprendió a sus realizadores con la noticia del fallecimiento de
Humberto Lozán (en octubre) y Myriam von Schrebler (en diciembre), dos
voces que iluminaron la historia de la música popular chilena desde sus
respectivos puestos en la Orquesta Huambaly y el dúo Sonia y Myriam.
Los espectáculos venideros se plantean, por eso, como un tributo a su
memoria.
Jueves
15, Viernes 16 y Sábado 17 de marzo, 19.30 horas, Centro de Extensión
de la Universidad Católica (Alameda 390, Santiago). Entrada liberada.
Con
las voces de Francesca Ancarola, Pilar Díaz y Gonzalo Cuadra.
Agrupaciones: Jazz Band de la UC, Los Armandos, Palomar y cuerpo de
baile Bella Época.
Arreglos musicales: Pedro Mesías. Dramaturgia: Inés Stranger.
Dirección escénica: Miguel Ángel Jiménez. Producción e investigación: Juan Pablo González.