Un paraíso pop
En España vuelven a descubrir Chile, pero esta vez como república (pop) independiente.
viernes 17 de julio de 2015
Es frecuente entre los periodistas, los críticos o el público en Chile la pregunta sobre por qué cuesta tanto a los músicos populares locales exportar lo que hacen. Los casos exitosos son puntuales y bien conocidos, desde Lucho Gatica o Los Ángeles Negros en un pasado glorioso hasta Los Prisioneros, Myriam Hernández o La Ley hacia los '90. Pero siempre está el ejemplo de industrias que consiguen vender, más que casos aislados, contingentes completos de música. Para no mencionar a Argentina o Brasil, está Colombia, con Carlos Vives y sobre todo el combo Juanes + Shakira como productos pop globales de fabricación latinoamericana.
Desde Chile este verano hubo una respuesta incipiente. No desde el gran mercado, sino desde la música independiente. La señal inmediata y última vino desde fuera, en el artículo dominical con que el 4 de febrero el diario español El País catalogó a este lugar como "un paraíso del pop", a propósito de la próxima publicación de discos de Javiera Mena, Gepe, Dënver y Ana Tijoux en España. "El país sudamericano emerge como una de las grandes potencias de pop independiente cantado en español", es el encabezado de la nota. Es más que lúcida la definición: es bien lógica para quien haya seguido el pulso de parte de la música chilena en los últimos cinco a seis años por lo bajo. Lo de verdad llamativo es el hecho de que se hayan dado cuenta antes en la prensa española que en la local, o que a raíz de ese descubrimiento ahora sea noticia en Chile, y que después de haber aparecido en El País Gepe fuera entrevistado –como "reacción", en jerga periodística– por ejemplo en Las Últimas Noticias, un periódico atrasado en las noticias pero ocupado a tiempo completo en lo que de verdad no importa.
Esos nombres recogidos en Españan son los de una generación que no sólo se ha alimentado de Internet para componer y tocar, sino que además se ha montado en Internet para mostrarse y para mostrar una prueba más de lo obsoleta que sigue quedando la gran industria disquera. Ninguno de esos músicos tiene que ver con sellos convencionales: caso a caso, se trata de una edición por un sello independiente (Audiovisión, de Gepe, en Quemasucabeza), de una autoedición con fondos estatales (Música, gramática, gimnasia, de Dënver, con un Fondo de la Música), de un sello independiente en coedición con una disquera de la sociedad autoral chilena (1977, de Ana Tijoux, en Potoco Discos y Oveja Negra) y de una etiqueta inventada por Javiera Mena y el productor Cristián Heyne para subir un disco a iTunes, precisamente ante lo engorroso de editar el mismo CD con compañías grandes (Mena, de la propia cantante, en Unión del Sur). Todas modalidades ágiles de gente despierta no sólo para componer música sino para comunicarla aunque los grandes medios no estén al tanto.
Por lo demás la nota del diario El País tampoco es la primera señal, sino más bien un ejemplo que no sólo en Chile la prensa establecida es la última en darse cuenta de las noticias. Sólo en España ya había habido notas y reseñas de estos discos, muchas de ellas elogiosas, en una revista de demostrada línea editorial esnobista –y por lo tanto atenta a las nuevas tendencias, es decir nada de malo en eso– como Rockdelux, además de en portales como Hipersónica y Jenesaispop que llevan conscientes de esta nueva escena chilena al menos desde el primer disco de Javiera Mena en 2006. Y eso ya venía sumado a noticias variadas pero en el mismo sentido, como las publicaciones de discos de Mena en Argentina y Japón, las visitas frecuentes de Gepe y Mena a México, Argentina y la propia España, la participación de Dënver en el próximo festival Contempopránea en julio de 2011 en España y la reciente nominación de Ana Tijoux a un premio Grammy.
Muchas veces los descubrimientos de estas escenas locales son también la explotación de clichés sobre tal o cual nuevo sabor del mes, y en ese sentido el reduccionismo propio de periodistas y editores tampoco parece ser exclusivo de Chile. La propia Ana Tijoux salió a aclararlo con gracia en un desmentido vía Twitter a cierta información incluida en la nota del diario hispano: "En el diario El País de España se publicó que mi viejo era diplomático, adónde la vieron si era camionero!! Cuec", escribió. Debe sonar a mejor "historia" la hija rapera de un exiliado por la dictadura de Pinochet si ese exiliado es diplomático, pero al cabo la verdad se impone vía redes sociales, y sobre todo es señal de que la "historia" de esta nueva escena es atractiva. Es exactamente lo que en el último festival Rockódromo las autoridades culturales quisieron recalcar: "música chilena de exportación" fue el lema acuñado para el certamen de este año, muy afín a la política cultural de la administración Cruz-Coke. La misma frase que ya es más que un lema para estos exploradores adelantados del paraíso pop chileno.