Iñigo Díaz

Aunque santiaguino de nacimiento, Ignacio Reyes tuvo una decisiva etapa de su vida musical desde la ciudad de Fresia, en Los Lagos. Desde fines de la década de 2000 ha sido cultor del canto a lo poeta y la música de tradición campesina de la zona central. En sus manos se escuchan el guitarrón chileno, la guitarra traspuesta y el propio rabel, que él aprendió del cantor a lo divino Francisco Astorga. A su trabajo personal alrededor del rabel, en simultáneo Reyes integró el proyecto de investigación Ensamble de Rabeles, que en 2021 publicó el disco Rabeldes.

Sus trabajos circulan alrededor de la paya, los versos tradicionales y los finares campesinos para la guitarra, en función de la cueca y la tonada. Y como investigador, Reyes ha publicado una serie de libros de poesía popular y una saga de álbumes que se inició en 2016 con Permiso para cantar, donde él abordaba un repertorio propio en combinación con el de cantores de los años '60, como Rolando Alarcón, Víctor Jara y Payo Grondona. Además ha grabado álbumes con cantoras de su generación, como Carla Catalán (La cantora y el payador, 2018) y la mexicana Violeta Jarero (Olitas vienen, olitas van, 2020).