No iba a ser el disco más popular de Congreso, pero la publicación de Terra Incognita (1975) constituyó en sí misma un manifiesto poderoso, dado el contexto de su aparición. Sin singles asociados ni una campaña formal de promoción, el segundo álbum del conjunto fundado seis años antes en Quilpué conserva hasta hoy lo que el autor de este libro, periodista cultural, describe como «un halo mítico que lo arropa retrospectivamente. Un aura que explica poco y mistifica bastante». El texto busca, en parte, delimitar verdad y leyenda en esa impronta, a través de un análisis que primero es el de un fan, y más adelante el de un minucioso diseccionador de esta música de cuidadosa fusión y sus circunstancias (apoyado tanto en archivos y escuchas atentas, como en entrevistas a integrantes del grupo).

Parte de la colección "Disco rayado" (editorial Piedra Redonda), dedicada a la descripción y análisis de álbumes relevantes para la música chilena, la segunda mitad del libro va canción por canción, dejando en el ejercicio valiosos datos de referencia. «Algo tiene Terra Incognita», se advierte al inicio, y las páginas que siguen son las confirmación de esa peculiaridad. Concluye el autor: «… Terra Incognita, que la preferencia crítica y melómana sigue instalando en lo más alto de la producción del grupo, así como entre las cumbres de la música popular chilena, asoma indispensable. Por lo mismo, cuesta concebir  que alguna vez se le haya ignorado tan rotundamente. Pero de esa materia se hizo también esta leyenda».