Verónica González

Verónica González
Foto: Michael Ankerbrand

Iniciada espontáneamente en el Canto Nuevo de los ’80, Verónica González no fue una figura habitual en aquellos circuitos de música, poesía y protesta política y social como sus contemporáneas Isabel Aldunate, Cristina González o Rosario Salas. Sus permanentes viajes la ubicaron como una artista de paso por Chile, y fue la influencia de muchos sonidos la que determinó su lugar en la música: una exponente de la world music en Alemania, su lugar de residencia.

Ficha

Fechas

Santiago - 24 de noviembre de 1960

Región de origen

Metropolitana de Santiago

Décadas

1980 |1990 |2000 |2010 |2020 |

Géneros

Verónica González

Iniciada espontáneamente en el Canto Nuevo de los ’80, Verónica González no fue una figura habitual en aquellos circuitos de música, poesía y protesta política y social como sus contemporáneas Isabel Aldunate, Cristina González o Rosario Salas. Sus permanentes viajes la ubicaron como una artista de paso por Chile, y fue la influencia de muchos sonidos la que determinó su lugar en la música: una exponente de la world music en Alemania, su lugar de residencia.

Iñigo Díaz

Tuvo lecciones formales de guitarra clásica siendo niña, aunque el folclor chileno era el que llamó su primera atención. Entre esas primeras canciones, Violeta Parra marcó el protagonismo y se convirtió en su primer referente. En 1979 cantaba en las calles del centro de Santiago y en espacios como el Café del Cerro, acompañada por gente como Claudio Pájaro Araya y Schwenke & Nilo con un repertorio latinoamericano basado en Chavela Vargas, Chabuca Granda, Mercedes Sosa y la propia Violeta Parra.

En 1980 realizó su primer viaje. En Brasil se familiarizó con la bossa nova y la MPB. De esa época es su disco, entonces inédito, No romper (1984, que luego terminó en Alemania, en 1996), donde incluyó canciones popularizadas por Elis Regina, y de autores como Ivan Lins y Milton Nascimento. Fue en una temporada en bares de Sao Paulo donde tocaba tonadas, cuecas, huaynos y valses chilotes que estrenó su primera canción original, una ronda infantil llamada “Vamos a hacer una ronda”. Luego marcaría su sello con otra pieza, de mayor resonancia, escrita en Brasil y dedicada a Víctor Jara: “Menino cantador”. Sus últimas colaboraciones en Brasil se registran junto al guitarrista tucumano Juan Falú y con el grupo Tarancón, con quienes comenzó a tocar el charango, su instrumento referencial.

Estadas en La Habana, Ciudad de México y Madrid a partir de 1989 marcaron las siguientes estaciones de Verónica González, antes de establecerse en un pequeño pueblo de Aalen, en Alemania, donde inició una de sus etapas más definitorias y activas en su carrera como autora. Allí llegó en 1993 y allí comenzó a producir sistemáticos álbumes solistas con charango. La influencia brasileña se mantuvo intacta y de hecho su primer disco alemán se llama Saudade (2002). El proceso hacia la internación en la world music se dio progresivamente desde Caravana (2004) donde incluyó rezos musulmanes en “Caravana”, música nordestina brasileña en “Berimbau” y plegarias mapuches en “Mapuche” (una reinterpretación de la canción “N’olviden”, de Joe Vasconcellos).

Océano (2007, con el compositor chileno Rodrigo Santa María) y Al norte (2009) no sólo fueron los discos de la definición en la música del mundo. También fueron los trabajos que Verónica González presentó en Chile después de quince años de vida en Alemania, con conciertos en enero de 2009 junto al bajista de fusión Marcelo Aedo, influenciada ahora por el tipo de performances de gente como la portuguesa Maria Joao y la neoyorquina Laurie Anderson. Cantó en lenguas perdidas como quechua, náhualt, bantú o xingú, y lideró a a músicos de Alemania, Inglaterra, Turquía y China. Su propia presentación dice “Gesang, gitarre, charango, eigene kompositionen & weltmusik”, lo que singifica “canto, guitarra, charango, composiciones propias y música del mundo".

Actualizado el 30 de septiembre de 2022