Sus inicios en la música urbana se remontan a 1997, cuando integró el grupo Monjes Nocturnos, que editó dos discos. En 2002, tras su separación, lanzó el álbum recopilatorio Joyas del barrio. El cambio llegó en 2003 cuando Aránguiz ingresó al elenco de "Mekano", y desde ese set cimentó su popularidad entre diversas figuras que también incursionaron en el pop y el canto: el grupo Café con Leche, Karen Paola, Catalina Palacios. Rigeo participó en las bandas sonoras de las miniseries "Don Floro" y "Amores urbanos", donde cantó el tema central y se estrenó como productor musical.

Parte de la fiebre juvenil de mediatarde, el cantante pasó más tarde a programas del estilo como "Yingo" y "Calle 7", donde se convirtió decididamente en productor musical. En esa pertenencia a la élite televisiva juvenil también se le reconoce como hermano de la ex bailarina Daniela Aránguiz, polémica figura, casada con el futbolista chileno Jorge Valdivia. Tiempo después, Rigeo trabajó en canciones del disco La última tentación (2018), de Luis Jara, quien incursionó allí en los ya instalados ritmos urbanos.