Rodrigo Alarcón

El vocalista y compositor Simón Campusano y el guitarrista Ignacio Castillo son el núcleo inicial de Niños del Cerro, esbozado cuando ambos todavía eran estudiantes de enseñanza media. La formación se consolidó luego, en 2014, con la incorporación del bajista Felipe Villarrubia y el baterista José Mazurett, a quien Campusano conoció cuando ambos ingresaron a estudiar música.

Dos canciones, “La pajarería” y “Días frescos”, fueron por algún tiempo el único registro en estudio de una banda que en pequeños locales o improvisados espacios de concierto comenzó a forjarse una joven audiencia, particularmente devota. No era raro, por aquellos días, que Simón Campusano terminara las tocatas en andas, mientras algunos asistentes se disputaban el micrófono para cantar enardecidos sus canciones.

Protagonistas de un circuito que también convocaba a grupos como Patio Solar, Dolorio y los Tunantes, Paracaidistas, Silabario, Las Olas y Medio Hermano, la repercusión de Niños del Cerro dejó progresivamente de ser subterránea, sobre todo a partir de la publicación de su debut, Nonato Coo (2015), en el sello Piloto. El paisaje urbano de La Florida y Puente Alto, la vocación guitarrera, la melancolía y el sabor latinoamericano que se colaba en varias de sus canciones fueron rasgos de ese álbum, ganador al año siguiente de un Premio Pulsar al Artista Revelación.

2016 fue el año en que Niños del Cerro incorporaron al tecladista Diego Antimán, hicieron el lanzamiento de su disco con dos funciones agotadas en la Sala Master de Radio Universidad de Chile y empezaron a ocupar escenarios distintos a los de sus primeros días. Desde entonces telonearon a músicos como Mac Demarco y José González, estuvieron en festivales como Neutral y hasta hicieron su primera incursión internacional en el Lima Popfest.

Al año siguiente publicaron “Contigo”, el primer adelanto de su segundo disco, y en 2018 se sumaron al sello Quemasucabeza, junto al cual llegaron al festival Primavera Sound que se hizo ese año en Barcelona. A fines de agosto, a través de esa etiqueta, editaron Lance, con colaboraciones de Martina Lluvias y Chini Ayarza, entonces en Chini & the Technicians. El 2019 su vocalista Simón Campusano inició un camino solista paralelo, que junto con el estallido social y la pandemia, postergaron  la salida de un nuevo disco para el 2022. Suave pendiente reunió 15 canciones, algunas lanzadas previamente, con melodíoas melancólicas, y un sonido que definieron "de varias capas" y que fue destacado como uno de los mejores lanzamientos el año.