Iñigo Díaz

De la misma forma como poco después Mauricio Rodríguez (ex colaborador de Rodríguez) iba a lanzar nuevas propuestas de “rítmica irregular” a través del grupo Supertrío tras estudiar en Chicago, Pedro Rodríguez instalaría ideas como la “expansión tímbrica” o la “texturación del sonido”, más allá del lenguaje habitual dentro del jazz. Todo eso ocurrió luego de conocer de primera mano los trabajos de guitarristas como Bill Frisell y Ben Monder en los '90. Es probable que haya sido Rodríguez quien introdujera en cierta medida al baterista Andy Baeza y que luego de esta experiencia se presentara como un polirrítmico baterista de jazz, luego de su paso por Nexus.

Esa sección rítmica de 1998 de este grupo encabezado por el saxofonista Patricio Ramírez fue base del Marx Trío. Jorge Rocha fue entonces el contrabajista eslabón de las fuertes personalidades musicales de la dupla Rodríguez-Baeza. Marx Trío alcanzó su mejor momento a través del trabajo de intervención de material de Víctor Jara (para temáticas improvisacionales sobre “Luchín”, “El arado” o “El cigarrito”, entre otras), actuando en el escenario del Cámara Negra (poco antes de convertirse en el club de jazz El Perseguidor). Pero nunca llegó a editar material y las rutas de los tres músicos siguieron en tres direcciones iniciada la década de los 2000.