Felipe Solís Poblete
Provenientes de Colchagua
Fue en el pueblo de Población, en plena provincia huasa de Colchagua, que Rosa Arellano y Alejandro Lagos vieron nacer a sus hijos Ramón (hacia 1925), Alejandro (hacia 1927) y Hugo (1929-1992), quienes desde pequeños se sintieron atraídos por la música. Según ciertas versiones recibieron la primera influencia musical de uno de sus profesores de infancia, quien enseñó a tocar la guitarra a Hugo, y éste se encargó a su vez de traspasar ese conocimiento a sus hermanos.
Una vez trasladada la familia Lagos Arellano a Santiago, y establecida en la entonces localidad precordillerana de Puente Alto, en agosto de 1948 los tres hermanos tuvieron su primera aparición pública al cantar en el programa radial "La feria de los deseos", que animaba Raúl Matas en Radio Minería. Su debut como artistas profesionales vendría un par de meses después con una actuación en Radio O'Higgins, seguida de presentaciones en Radio del Pacífico, otra vez Minería, Cooperativa y Corporación.
Para 1949 ya figuraban tímidamente en revistas musicales de la época como "La voz de RCA Victor", esta vez con su primera formación, bautizada como Las Voces del Maipo y que incluía también a Julio Alvarado Manríquez. Ese año se convirtieron en artistas exclusivos del sello RCA Victor, y en octubre de 1950, ya con el nombre de Los Hermanos Lagos, se presentaron junto a Margot Loyola en el salón de honor de la Universidad de Chile, como parte de la labor de proyección folclórica que tenía desde la década anterior esta casa de estudios.
Consagrados en la radio
Desde 1951 hasta por lo menos 1954 este popular trío formó parte del elenco del recordado programa radial vespertino "Ésta es la fiesta chilena" que transmitía a diario Radio Corporación. En el programa compartían libretos con el fogueado actor Pepe Rojas y con las también popularísimas Inés Sotelo y María Venegas, del Dúo María-Inés. A principios de 1952 viajaron a Argentina, donde actuaron en las grandes fiestas de la vendimia en Mendoza y donde el recibimiento los hizo quedarse por cerca de tres meses en el país vecino.
El cine tampoco estuvo ajeno a la carrera del trío. Los Hermanos Lagos participaron de la película chilena "Rosita de Cachapoal" (1952), del director Enrique Soto, basada en la tonada homónima de Nicanor Molinare. En 1953 recibieron el premio Caupolicán como los mejores intérpretes de la música chilena, y para las Fiestas Patrias de ese año editaron uno de sus celebrados discos, conocido como "El disco de los adioses". Por una cara figuraba una adaptación para arpa, guitarras y bandoneón de la popular marcha "Adiós al Séptimo de Línea" en la que tocó el maestro del bandondeón Porfirio Díaz, mientras en la otra cara iba incluida la popular cueca "Adiós Santiago querido", de Segundo Zamora.
A fines de 1956, según relatan González, Rolle y Ohlsen en "Historia social de la música popular en Chile, 1950-1970", Los Hermanos Lagos se presentaron en un festival folclórico organizado por el Sindicato de Guitarristas en el Teatro Caupolicán, donde también participaron el conjunto Fiesta Linda, Raúl Gardy, Segundo Zamora y Guadalupe del Carmen. Un par de años después, y al igual que muchos otros conjuntos y solistas, fueron parte del programa radial "Un pueblo canta" organizado por el Pequeño Derecho de Autor y el Departamento de Prensa y Radio de la Universidad de Chile, transmitido por casi medio centenar de estaciones de radio asociadas.
Hermanos Lagos de fiesta: los discos
Dentro de su prolífica carrera disquera, y en prácticamente todos los formatos comerciales existentes en su época (discos de 78 rpm, de 45 rpm en modalidad single y extended play, y de 33 1/3 rpm o long play), Los Hermanos Lagos registraron no sólo cuecas, sino también una gran cantidad de tonadas, valses, corridos, tangos y marchas.
Como arpista Hugo Lagos acompañó al Dúo Rey-Silva, Los Quincheros, Ester Soré, Trío Añoranzas, Margot Loyola y al Dúo María-Inés entre otros artistas, en discos de RCA Victor. Y para el caso de la cueca, uno de los más destacados trabajos del trío fue el realizado con el citado Dúo María-Inés en discos larga duración como Ésta sí que es fiesta, mi alma, publicado por el sello EMI Odeon hacia 1964, donde se reencuentran con el actor Pepe Rojas, encargado junto a la actriz Marta Ubilla de hacer las animaciones actuadas antes del inicio de las cuecas.
En este LP, realizado a partir de la selección y el montaje de piezas grabadas anteriormente, es posible encontrar las versiones más conocidas de "Adiós Santiago querido" (Segundo Zamora), "Chicha de Curacaví" (Petronila Orellana), "La rosa y el clavel" (del folclor) y otras composiciones del mismo Hugo Lagos o de Pepe Rojas, así como de Alberto Rey, Efraín Navarro y Rosa Vasconcelos entre los autores principales. El sello presentó este disco como un "mosaico auténtico y representativo de la cueca chilena".
Dos años después grabaron el LP Santiago de fiesta (1966) para el mismo sello, con las ya conocidas animaciones de Pepe Rojas y Marta Ubilla y esta vez con Las Consentidas, dúo integrado por la misma Inés Sotelo ahora junto a Claudina Martínez. En este disco registraron principalmente cuecas de Segundo Zamora –de una de ellas toma el nombre el LP–, de Oscar Olivares, más conocido como el Perla Chico y marido de Claudina Martínez, y de Hernán Núñez, entre otros autores. Y una década más tarde, en uno de los primeros lanzamientos de su catálogo, el sello Alerce editó el disco Hugo Lagos y su conjunto (1978), donde el músico pasa revista a las principales cuecas grabadas por este trío familiar.
Innovación en conjunto: las voces
La virtuosa colaboración entre Los Hermanos Lagos, el Dúo María-Inés y posteriormente Las Consentidas produjo interesantes elementos musicales y performáticos en la interpretación de la cueca chilena, que representan una innovación pocas veces practicada en ésta, por lo menos a nivel discográfico. Estos elementos tienen que ver con el canto mezclado entre las voces masculinas y femeninas, bajo tres modalidades diferentes.
La primera tiene que ver con el intercambio de la primera voz que lleva la frase musical entre Ramón Lagos e Inés Sotelo, quienes interpretan sucesivamente una estrofa completa cada uno. Estos arreglos vocales incluso incluyen cambios en la tonalidad de la cueca durante la interpretación, para adecuarla al registro de cada uno de los dos cantantes.
La segunda modalidad corresponde a la práctica aun menos común de intercambiar la primera voz entre el hombre y la mujer, esta vez dentro de los versos de cada estrofa, en una fórmula repertida durante la extensión de toda la cueca. Finalmente la tercera modalidad es la de mezclar, al unísono y dentro del mismo verso cantado de la cueca, la primera voz masculina con la primera voz femenina, con un color y una armonía novedosa y atractiva como resultado.
El dieciocho de septiembre de 1992, después de bailar dos pies de cueca en la peña Chile Ríe y Canta, según señala el músico y cronista Nano Acevedo, falleció Hugo Lagos, poniendo fin a toda una vida dedicada a la música. Como legado, Los Hermanos Lagos constituyen un buen ejemplo de la adaptación de la cueca a la industria discográfica, al compartirla con otros géneros folclóricos tanto nacionales como latinoamericanos al momento de editar discos, al mezclarse con otros conjuntos de amplia popularidad para hacer trabajos compartidos, y por su participación en programas radiales que intentaban reforzar el interés por la música nacional.