Capablanca

Capablanca
Foto: IRT

El cuarto conjunto de música romántica en formato electrónico que surgió en Chile a comienzos de los '70, luego de Los Ángeles Negros, Los Golpes y Los Galos, fue Capablanca, un quinteto liderado por Carlos Baeza, justamente también uno de los fundadores de Los Galos. Baeza era uno de los compositores más activos de la escena romántica chilena y sus canciones nutrieron al nuevo grupo. Tras grabar dos discos en Chile y uno en el extranjero, y con importante repercusión en países como Perú y Argentina, el conjunto se disolvió sin cumplir los tres años de vida. Desde entonces, sus músicos se mantuvieron vinculados a la música en orquestas bailables, donde destacó Manolo Palma, relevante productor de Zalo ReyesDouglas y Álvaro Véliz.

Ficha

Años

Santiago, 1970 - 1976

Región de origen

Metropolitana de Santiago

Décadas

1970 |

Géneros

Integrantes

Carlos Baeza, guitarra (1971 – 1972).
Mariano Carvajal, guitarra (1971 – 1973).
Leonardo Gálvez, voz (1971 – 1973).
Wilfredo Figueroa, bajo (1971 – 1973).
Patricio Muñoz, batería (1971 – 1973).
Manolo Palma, órgano (1971 – 1973).

Capablanca

El cuarto conjunto de música romántica en formato electrónico que surgió en Chile a comienzos de los '70, luego de Los Ángeles Negros, Los Golpes y Los Galos, fue Capablanca, un quinteto liderado por Carlos Baeza, justamente también uno de los fundadores de Los Galos. Baeza era uno de los compositores más activos de la escena romántica chilena y sus canciones nutrieron al nuevo grupo. Tras grabar dos discos en Chile y uno en el extranjero, y con importante repercusión en países como Perú y Argentina, el conjunto se disolvió sin cumplir los tres años de vida. Desde entonces, sus músicos se mantuvieron vinculados a la música en orquestas bailables, donde destacó Manolo Palma, relevante productor de Zalo ReyesDouglas y Álvaro Véliz.

MusicaPopular.cl

Luego de abandonar Los Galos, Carlos Baeza encontró en 1971 un nuevo grupo para dar cauce a sus creaciones: Capablanca, cuya imagen quedó caracterizada desde el comienzo -cómo no- por el uso de vistosas capas blancas. Aunque entonces tenía solo 22 años, Baeza ya contaba con la experiencia de su banda anterior, estudiaba Composición en la Universidad de Chile y era capaz de ejercer como guitarrista, director y autor. De las doce canciones del primer álbum de Capablanca, nueve son de su autoría y en las restantes comparte créditos con el cantante Leonardo Gálvez, que tenía 18 años, seguía estudios de Teatro en la misma universidad y se transformó en la voz distintiva del grupo. La formación la completaban otros tres músicos que aún no eran veinteañeros: el bajista Nano Figueroa, el organista Manolo Palma y el baterista Patricio Muñoz.

Continuadores del sonido forjado por Los Ángeles Negros, Capablanca tuvo éxito con canciones como “Yo haré que olvides ese amor” y editó sus grabaciones en países como Argentina y Colombia, pero casi inmediatamente sufrió un quiebre: Carlos Baeza abandonó el conjunto en medio de un público conflicto con sus compañeros, a quienes acusó de apropiarse del proyecto que él había iniciado. Aun así, su historia discográfica tuvo continuidad. Ya bajo etiqueta IRT y sin su fundador, en 1973 publicaron un segundo álbum, Lo que es amor, con dos nuevos integrantes: el guitarrista Mariano Carvajal, que aportó composiciones al grupo, y el bajista Wilfredo Figueroa.

Rebautizados como Los Capablancas, dieron forma a un tercer álbum grabado en Santiago, pero publicado por Audiorama, un sello discográfico situado en Nueva York, cuyo catálogo estaba dedicado a la música latina. De la formación original, en este registro participan solo el vocalista Leonardo Gálvez y el baterista Patricio Muñoz, junto a los guitarristas Luis Gaete y Verne Macuada y el tecladista Jaime Allendes.

Actualizado el 07 de octubre de 2022