Iñigo Díaz

En 1969 Bastián se inició en el estudio del clarinete, que más tarde, mientras su familia residía en París, transfirió al saxofón clásico. En la práctica era una norma de la educación familiar de los Bodenhofer-Alexander: sumergirse en el estudio de algún instrumento musical noble. De regreso en Chile en 1978, sus estudios continuaron en la Universidad Católica en la percusión clásica. Primero con Guillermo Rifo (entonces líder del grupo Latinomusicaviva y solista de la Orquesta Sinfónica de Chile) y luego con un joven Ricardo Vivanco (quien sería tiempo después marimbista de Congreso). Pero fue su paso por el taller del saxofonista de jazz tradicional Kiko Aldana el que lo orientó hacia la música popular con un mayor rasgo definitivo. Sus influencias iban entonces por la música contemporánea de Leni Alexander, el jazz del saxofonista francés Michel Portal y el rock antinazista de Frank Zappa.

Bodenhofer entró a la televisión en 1982 para actuar en la teleserie “La gran mentira” y luego protagonizar recordadas producciones como “Ángel malo” (1986), “Te conté” (1990) o “Trampas y caretas” (1992). En teatro destacan las obras El amante (1985), El balcón (1989) o Bent (1995). En el intertanto apareció tocando el saxo tenor en presentaciones teatrales asociadas a la música de su hermano Andreas Bondehofer, e incluso figura una aparición en un videoclip de Myriam Hernández donde demostró sus habilidades como instrumentista.

Después de trabajar como agregado cultural en la embajada chilena en Francia, comenzó un proceso de composición de obras de fusión para ensamble electroacústico con las que en 2007 llegó estudio y grabó el disco City tour (2009), incluyendo en su banda operativa (la Tacatacaband), a músicos de diversa procedencia como Carolina Hozalpfel (piano), Luis Cheul (bajo), o el propio Ricardo Vivanco (batería).