Iñigo Díaz

Araya se inició en el blues al escuchar a en Rancagua al armonicista estadounidense Little Walter. Su primer referente local, en tanto, fue Pancho Rojas, cantante y armonicista de La Banda del Capitán Corneta. Pasaron años antes de que se convirtiera en músico de blues profesional, tras realizar un viaje a Brasil que le permitió profundizar en el arte de la armónica. En su condición de músico solitario, durante ese primer período Araya sumó militancias y colaboraciones con distintas agrupaciones. Entonces llegó a la formación del quinteto Swingatos, que se presentó durante 2005 y 2006 en el club de jazz que se pasaría a ser desde ese momento en un cuartel general de las jam de blues capitalinas: El Perseguidor.

Con Swingatos grabó el disco Qué formidable (2006), pero en lo sustantivo quedó conectado con el guitarrista Tomás Gumucio. En una colaboración bilateral, ambos músicos editarían ese mismo 2006 el disco Robert Johnson. Santiago hot tribute, como una revisión del repertorio del blusero sureño Robert Johnson, el padre del género. Poco después, Araya se fue contratado por la compañía alemana Hohner, que lo integró a su staff de músicos que tocaron sus armónicas por el mundo, y de paso llegó a participar de la histórica temporada de blues internacional que se realizó en 2008 en Backstage Experience, y que trajo a Chile a músicos como Andrew Jr. Boy Jones, Maurice John Vaughn, Matt O’Ree, Andrea Dawson y Guitar Shorty.

Araya volvió a aparecer de manera espontánea en grabaciones de blues chileno. Primero en Santiago, con El Cruce (en el disco 770, 2008), y luego con los valdivianos La Rata Bluesera (en Patas negras, 2011). En su primer disco completamente en solitario, Gonzalo Araya & amigos (2011), grabó un repertorio escogido con diversos músicos invitados, entre quienes figuran la cantante Loretto Canales y el guitarrista de El Cruce, Felipe Toro.

La vida musical de Gonzalo Araya continuó entonces en Brasil, primero en la ciudad de Porto Alegre y luego en Florianópolis, donde siguió realizando colaboraciones múltiples en escenarios y estudios de grabación, y también integrando el grupo South American Kings of The Blues, una suerte de selección regional de músicos de blues.