Marisol García

Cerca de los próceres
Cultor de la variante de cueca urbana distinguida por su actitud fiera y de combate —la llamada «cueca brava»—, Muñoz se interesó más detenidamente en el género cuando, en 1994, su participación en el montaje de El desquite (Roberto Parra) lo puso en contacto con el cantautor Mario Rojas y el circuito entonces casi subterráneo de cantores y músicos santiaguinos a los que se vinculaba el ex De Kiruza.

Mirando, acompañando con el pandero y/o los platillos, y, más tarde, animándose a cantar, Muñoz fue ganando seguridad en un género del que más tarde llegó a conocer a sus principales exponentes, como el legendario grupo Los Chileneros. Muñoz y Rojas fueron los responsables de la producción del primer CD (Chileneros en vivo, 2001) de ese trío fundado en Santiago hacia la década de los sesenta. Como tantos otros músicos de su generación, conocer en vivo el arte del cantor y escritor Nano Nuñez resultó fundamental para su formación y afecto por la cueca brava. Según Muñoz, «con la cueca vibro de una manera distinta, que con la actuación no logro. Es mi terapia, mi punto de encuentro, mi punto de equilibrio».

Su amistad con Luis Castillo, principal compositor de Los Tricolores, lo llevó a colaborar con el segundo disco de ese conjunto, publicado con su nombre propio en el título: Los Tricolores con Daniel Muñoz (2005). Pero para entonces —y luego de presentaciones en vivo también con el grupo Los Santiaguinos— el actor ya se afirmaba en un grupo propio de cuecas: 3 x 7 Veintiuna. El grupo fue por siete años su sociedad con Félix Llancafil, experimentado acordeonista y cantante (Los Chacareros de Paine), y con ella llegó a publicar cuatro discos.

Aunque en 2012 anunció su salida del conjunto por su recargada agenda en la actuación, un año más tarde ya presentaba a Daniel Muñoz & Los Marujos, donde se hace acompañar por otros seis músicos; entre ellos, el experimentado acordeonista Ignacio Hernández y el ex La Gallera Horacio Hernández. Su primera publicación conjunta, Cueca (2013), recogió parte de las investigaciones de Margot Loyola que han pesquisado indicios del género en varios países latinoamericanos.